Otis en Acapulco. Para esto queremos instituciones

Las soluciones mágicas no funcionan y no se trata solo de proporcionar recursos; son las instituciones las que deberían estar en el centro de las respuestas.
6 Noviembre, 2023
Ciudadano abriendo camino en Acapulco (Foto: @danay_h)
Ciudadano abriendo camino en Acapulco (Foto: @danay_h)

La devastación que causó el huracán Otis en Acapulco ha sido brutal. Además de ser una tragedia humanitaria, las pérdidas materiales son cuantiosas hasta el punto de que algunos se están planteando la pregunta de si todavía es viable recuperar Acapulco.

Cada vez que veo las imágenes devastadoras no puedo más que pensar por dónde empezar. Desde luego, lo inmediato es atender la emergencia y asegurar que los servicios básicos para la población se reestablezcan, pero al mismo tiempo creo que esta desgracia nos trae la oportunidad de hacer un ejercicio de planeación hacia delante. Como en todo nuevo proyecto hay que tomar la experiencia pasada para no repetir los errores y tener en cuenta lo que se sí ha funcionado.

En este, como en otros casos, las soluciones mágicas no funcionan y no se trata solo de proporcionar recursos. Desde luego que sería magnífico que sólo se tratara de inyectar dinero. Sin embargo, me temo que sería un remedio paliativo a problemas que se han venido gestando a lo largo de los años. 

Entre muchas de las aristas que puede tener la desgracia que vive Acapulco, me gustaría tocar el tema de las instituciones, que debería estar en el centro de este ejercicio de planeación. Según el economista americano Douglas North (1990) la importancia de las instituciones radica en que tienen como objetivo reducir el costo de las transacciones, ya que aminoran la incertidumbre y los riesgos en una economía. Por instituciones me refiero no solo a los gobiernos locales, regionales y nacionales, sino también a las organizaciones no gubernamentales, que tienen el rol de coordinar los esfuerzos de respuesta y proporcionar el liderazgo necesario para abordar los desafíos a los que se enfrenta una comunidad. 

Las instituciones están presentes en todas las fases de una emergencia. En el momento previo, cumplen una labor de prevención. Su labor es tratar de salvar el mayor número de vidas humanas a través de protocolos y ejercicios de simulación, entre otros. Es cierto que la intensificación de Otis fue totalmente inesperada. Empezó como una tormenta tropical el domingo anterior sin que fuera causa de preocupación para los observatorios climáticos. Para el lunes, todo indicaba a que podría convertirse en huracán y no fue sino hasta el martes por la mañana que un avión caza huracanes sobrevoló la tormenta y se dio cuenta de que su intensidad era mucho más fuerte de lo que los modelos preveían, dejando poco margen de maniobra para alertar a la población. En este sentido, las instituciones también cumplen con un rol de hacer una labor de investigación y desarrollo de tecnologías para detección y prevención, lo que requiere de recursos tanto materiales como humanos. 

Durante la emergencia, las necesidades son inmediatas y críticas. Las instituciones son responsables de coordinar la asignación y distribución de recursos esenciales, como alimentos, agua potable, refugio y atención médica. La falta de una coordinación adecuada puede llevar a la duplicación de esfuerzos, la escasez de recursos en áreas críticas y la ineficiencia en la entrega de ayuda. Las instituciones desempeñan un papel fundamental en garantizar que los recursos se utilicen de manera efectiva y se distribuyan equitativamente.

En este contexto, las instituciones también desempeñan un papel vital en la toma de decisiones y el liderazgo durante una crisis. Esto incluye la coordinación de los esfuerzos de respuesta, la comunicación con la población afectada y la toma de decisiones difíciles sobre la asignación de recursos limitados. La capacidad de las instituciones para liderar y tomar decisiones informadas puede marcar la diferencia entre una recuperación exitosa y un proceso caótico y desorganizado.

En la fase de reconstrucción, se requiere pensar sobre la vulnerabilidad de la comunidad a futuro. Las instituciones pueden desarrollar y aplicar políticas y regulaciones que fomenten la construcción de infraestructura resistente a desastres, la gestión sostenible de recursos y la planificación urbana que reduzca el riesgo de futuras emergencias. La visión a largo plazo es esencial para garantizar que las ciudades reconstruidas sean más resilientes y seguras.

Las instituciones también son responsables de fomentar la participación de la comunidad en el proceso de recuperación. Al involucrar a los residentes locales en la toma de decisiones y la planificación, se pueden identificar las necesidades específicas de la comunidad y se pueden desarrollar soluciones que reflejen las prioridades locales. La participación de la comunidad puede ayudar a fortalecer los lazos sociales y empoderar a las personas para contribuir a la reconstrucción de sus propias vidas y vecindarios.

A pesar de la importancia de las instituciones en la reconstrucción después de emergencias climáticas, existen desafíos y obstáculos que pueden dificultar su eficacia como son: 

  1. Corrupción y mala gestión: La corrupción y la mala gestión pueden socavar la capacidad de las instituciones para coordinar y distribuir recursos de manera eficaz. Los fondos destinados a la recuperación pueden desviarse o malversarse, lo que obstaculiza la ayuda a quienes más la necesitan.
  2. Recursos limitados: Las instituciones a menudo enfrentan restricciones presupuestarias y recursos limitados, lo que puede dificultar su capacidad para responder a emergencias climáticas de gran escala. La falta de inversión en preparación para desastres puede dejar a las ciudades vulnerables.
  3. Política y burocracia: La politización de la respuesta a emergencias climáticas y la burocracia excesiva pueden retrasar la toma de decisiones y la acción efectiva. La lucha por los recursos y la falta de coordinación pueden resultar en una respuesta inadecuada.
  4. Falta de capacidades técnicas: la falta de capacitación y experiencia en gestión de emergencias puede limitar la capacidad de las instituciones para abordar desastres naturales. La inversión en la formación de personal y la adquisición de tecnología adecuada son esenciales.

Las secuelas que deja Otis dejan de manifiesto la importancia que tienen las instituciones en una sociedad, por lo que es necesario invertir en fortalecerlas. En un mundo en el que las emergencias climáticas son y serán cada vez más frecuentes e intensas, es fundamental reconocer la importancia de las instituciones para la resiliencia de un país.

Además, un marco institucional sólido no solo contribuye a una recuperación más eficiente, sino que también sienta las bases para una reconstrucción a largo plazo que reduzca la vulnerabilidad futura. Al fomentar la planificación a largo plazo y la inversión en infraestructura resistente a desastres, se establecen las bases para una comunidad que esté mejor preparada para enfrentar futuras emergencias climáticas. 

Es importante destacar que el fortalecimiento de las instituciones no es una tarea exclusiva de los gobiernos. La colaboración entre el sector público, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales desempeña un papel crucial en la construcción de una red sólida de apoyo durante una emergencia. La inversión en la capacitación de personal, la adquisición de tecnología adecuada y la promoción de la colaboración interinstitucional son aspectos fundamentales de este proceso.

Delia Paredes Mier Delia Paredes Mier Delia Paredes apoya la toma de decisiones a inversionistas internacionales, líderes empresariales y gestores de activos a través del análisis económico desde hace casi 20 años. Es socia en TransEconomics, firma que brinda servicios de planificación patrimonial y gestiona activos alternativos. Es docente en la Universidad de Anáhuac y en el Tec de Monterrey. Miembro del Comité de Estudios Económicos en el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI). Delia Paredes es Maestra en Economía por la London School of Economics (LSE).