Ahora, con la reforma energética recién aprobada en México, todos hablan del petróleo: de las oportunidades de inversión que se abren, de los recursos que generará, del enorme potencial de producción de crudo, de su impacto sobre el crecimiento, y de cómo una mayor competencia reducirá los precios de los combustibles. Y justo hoy vamos a hablar de las cotizaciones del petróleo, de cómo se ha comportado en los últimos meses en los mercados internacionales, y de algunas implicaciones.
En general, los precios han permanecido bastante estables en lo que llevamos de año. En el caso del West Texas Intermediate (WTI) que sirve de referencia en el mercado estadounidense, el promedio en este 2014 es de 100 dólares el barril, comparado con 98 dólares en el 2013. Para el Brent, el crudo de referencia en Europa, el precio promediado en lo que llevamos de año es de alrededor de 108 dólares, similar al observado en el 2013. Esta estabilidad de los precios del petróleo es aún más sorprendente si tenemos en cuenta los conflictos geopolíticos que merodean por el mundo.
¿Cómo se explica esa calma si hay ruido de cañonazos y bombas en Irak, un país que bombea 3.3 millones de barriles diarios, lo que lo convierte en el segundo mayor productor de petróleo de la OPEP detrás de Arabia Saudí, y el séptimo del mundo? ¿Acaso en el pasado los precios del petróleo no volaban en cuanto se hablaba de guerra en Irak?
Al menos, la volatilidad del petróleo se extremó en las dos anteriores guerras en las que estuvo implicado Irak, la de la Guerra del Golfo Pérsico de 1990 (Bush padre) y la de la Guerra de Irak de 2003 (Bush hijo). En la Guerra del Golfo, que estalló el 2 de agosto de 1990 en respuesta a la invasión y anexión de Kuwait perpetrada por el Irak de Sadam Husein, el alza del precio del crudo fue virulento. El WTI pasó de un mínimo de 15.30 dólares el barril el 20 de junio, antes de la guerra, a un máximo de 40.42 dólares cuatro meses después, el 11 de octubre, lo que suponía un incremento del 164%. El mismo comportamiento se observó para el barril de Brent.
Mientras que la invasión de Kuwait por Sadam Husein fue un acto bélico sorpresivo que provocó una reacción inmediata en el precio del petróleo, en la Guerra de Irak de Bush hijo el ambiente se fue caldeando desde mucho antes: todo empezó desde el ataque de las Torres Gemelas en septiembre de 2001, la consiguiente Guerra en Afganistán, y las acusaciones de Estados Unidos de que Irak poseía armas de destrucción masiva, aunque las inspecciones por parte de las Naciones Unidas no encontraron ninguna evidencia. Pero la escalada de tensiones se fue reflejando en los precios del petróleo desde noviembre de 2002 hasta prácticamente el estallido de la guerra el 20 de marzo de 2003. Así, el WTI se elevó desde 24.12 dólares el 6 de noviembre de 2002 a una cotización de 37.83 dólares el 12 de marzo, ocho días antes de que se percibiera que la guerra era inminente, lo que representó una subida de 57%. A partir de entonces entró en un rápido declive y el 21 de marzo, un día después de que iniciaran los ataques, el WTI cotizaba en 26.91 dólares, lo que implicaba un derrumbe del 29%. A partir de ahí se estabilizaría e iniciaría una senda alcista para terminar el año en los 32.52 dólares el barril. El comportamiento del Brent fue similar.
¿Qué ha pasado en la actual Guerra de Irak, la que han provocado los extremistas suníes tomando algunas de las ciudades más importantes del país frente a la impotencia del gobierno iraquí, de orientación chií, y de los kurdos? Desde luego que un comportamiento mucho menos errático y en el que ha prevalecido, más que un movimiento al alza en los precios del crudo, una sustancial caída tan pronto como se hizo patente que Estados Unidos podría intervenir con ataques aéreos. Es cierto que los precios se presionaron conforme los yihadistas lanzaban su ofensiva contra las ciudades del norte del país, llevando tanto al WTI como al Brent a los máximos del año. Así, el pasado 20 de junio, el WTI tocaba una cotización máxima de 107.26 dólares. Pero durante estos dos meses, el precio se ha derrumbado un 12% y el martes pasado cerraba en los 94.48 dólares el barril. El Brent, que ese día acabó en los 101.56 dólares, terminó en su nivel más bajo del año.
¿Qué explica esa relativa calma del mercado petrolero? Creemos que hay dos razones coyunturales, relacionadas con la guerra de Irak en sí, y otras dos razones más de fondo, estructurales, que en el mediano plazo podría reconducir los precios del petróleo a niveles más bajos de los que se han observado en los últimos años.
La primera razón coyuntural es geográfica: las principales reservas petroleras de Irak se encuentran en el sur del país y hasta ahora el conflicto se ha concentrado en el norte, en torno a Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, y Erbil, la capital de Kurdistán. El norte sólo concentra en torno al 15% del petróleo iraquí, sobre todo en el área de Kirkuk.
La segunda razón coyuntural es que por primera vez una intervención militar de Estados Unidos en Irak ha sido bien recibida por sus enemigos tradicionales. Obama atacó para apoyar a sus aliados kurdos. Pero esta vez lo hizo con la aquiescencia del gobierno de Irak, que se veía sobre pasado por los extremistas islámicos (aunque forzó la salida del primer ministro Nuri Al Maliki), así como de los chiíes de Irán y de Siria. Eso hace pensar que será más fácil contener a los yihadistas sin producirse represalias ni nuevos riesgos de desestabilización en la región.
Sin embargo, más allá de la guerra de Irak, creemos que hay otras dos razones de fondo que son más importantes para explicar esta inusitada paz petrolera. La primera es el boom energético de Estados Unidos, lo que ha reducido la dependencia energética del mayor consumidor de petróleo respecto a los avatares de Oriente Medio. Según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés), la producción de petróleo estadounidense durante el segundo trimestre fue de 13.6 millones de barriles al día, o un incremento del 50% respecto al segundo trimestre de 2009. Eso ha permitido que Estados Unidos posea un importante colchón de crudo que le permite afrontar con menos aspavientos los shocks de oferta resultado de insurrecciones y sabotajes en Oriente Medio.
A su vez, y como segunda razón de fondo, Estados Unidos y otros países desarrollados han ido incrementando los estándares de eficiencia en las industrias intensivas en petróleo, han buscado alternativas energéticas al oro negro, y han concentrado su crecimiento en sectores menos intensivos en petróleo como servicios y bienes de alta tecnología. Eso ha permitido ir reduciendo el ratio entre el uso del petróleo y su PIB real.
En consecuencia, Estados Unidos produce más crudo (ya es el segundo más grande del mundo), hace un mejor uso de él, y ha procurado alternativas como insumos energéticos, lo que convierte al petróleo en un bien menos inelástico y frágil a shocks. Lo mismo se puede afirmar a nivel global. En ese sentido, México, con la reforma energética, se apunta al auge de las inversiones petroleras que se han venido produciendo a nivel global en los últimos años.
Desde el origen de la industria petrolera, con John D. Rockefeller y Standard Oil, el poder de mercado estuvo en manos estadounidenses. Así fue hasta los años 70, cuando la OPEP pasó a dominar el mercado y los precios. Hoy trata de recuperar esa hegemonía, y de lograrlo contribuirá a estabilizar los precios, como hemos ejemplificado con el actual episodio de la guerra de Irak. De hecho, nos tememos que esa ampliación de la capacidad de producción petrolera junto con el desarrollo de alternativas energéticas y una política restrictiva de la Fed significará, en el mediano plazo, una tendencia a la baja en el precio del crudo.
INFOGRAFÍA
Las guerras de Oriente Medio han tendido a provocar fuerte volatilidad en los precios del petróleo. Así pasó en la Guerra del Golfo de Bush padre en 1990…

… así como en la Guerra de Irak de Bush hijo en el 2003…

… sin embargo, los precios del petróleo se han mantenido estables durante la reciente crisis de Irak. Parte se debe a que el conflicto se desarrolla en el norte del país cuando las reservas petroleras se ubican en el sur, además de que a Estados Unidos no se le ve a esta guerra como un enemigo en la región….

… sin embargo, hay razones de fondo, como el hecho de que EE.UU, gracias a la recuperación de su producción petrolera, ha recuperado poder de mercado además de que la economía global ha hecho más eficientes las industrias intensivas en petróleo y ha buscado alternativas energéticas.

