"Llega como el viento, muévete como el relámpago, y los adversarios no podrán vencerte” Sun Tzu

Los números son fríos y demuestran en dónde está el negocio que verdaderamente importa a Carlos Slim y, por cierto, no es el de la TV. Porque la televisión abierta (publicidad) y la distribución de señales vía sistemas de paga como el cable y los sistemas de televisión directa al hogar (DTH), vía satélite, representan entre 5,000 y 8,000 millones de dólares anuales. Mientras tanto, las telecomunicaciones superan los 35,000 millones de dólares. En México, sin embargo, el apetitoso pastel ha sido abandonado por las grandes empresas de telefonía y ahora integradas a otros negocios de telecomunicaciones. ¿Qué pasa? Se fue AT&T. Se fue Bell Atlantic. Por sólo mencionar algunas. Telefónica de España sufre, por su parte, la sequía de buenos dividendos frente a inversiones por más de 13,500 millones de dólares. Telefónica necesita ganar dinero en México; sin embargo, dentro y fuera del país ha dicho que la competencia de un jugador dominante como América Móvil ha frenado muchos de sus esfuerzos. Ahora, la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones permitiría una participación mayoritaria del capital extranjero en este sector y allí podría consolidarse una nueva competencia para Carlos Slim. Sin embargo, será la ley secundaria la que determine si el capital extranjero encuentra nuevos incentivos para regresar a México e intentar - otra vez - competir contra el gigante mexicano de las telecomunicaciones. Por ahora, son dos televisoras las que levantan la mano para ir por una rebanada del pastel que custodia celosamente Carlos Slim quien, por cierto, en la década de los noventas era socio del Grupo Alameda, de Cablevisión. Después entre 2000 y 2010 financió sin restricciones a TV Azteca, al Grupo Salinas. La pregunta es obligada: ¿En serio le interesa a Slim el negocio de la televisión, mucho menor que el suyo? Porque desde hace 20 años tuvo oportunidad de invertir en él y una y otra vez dejó pasar muchas oportunidades. Por ello, Slim como Suz Tzu sólo ejecuta cada táctica que, ahora y en el largo plazo, le permitirá asegura que América Móvil se mantenga como la empresa más importante en el mercado mexicano de las telecomunicaciones desde el cual controla muchos negocios en América Latina. Por eso, insisto, el Must Carrier y el Must Offer sólo es uno de los entretelones de la guerra en donde los medios, las balas y los soldados deberán cuidarse porque la pelea apenas inicia.
El núcleo de la filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en estos dos principios:
- Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.
- El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar
- El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.
