Star Wars: El despertar de la Fuerza, ¿cumple con las expectativas?

La Fuerza despertó. Después de 32 años sin una clásica película de Star Wars, J.J. Abrams y Disney entregan una cinta con una buena carga de nostalgia y emociones, pero al mismo tiempo llena de nuevos personajes y relaciones que rompen con el esquema tradicional de la saga.
17 Diciembre, 2015 Actualizado el 17 de Diciembre, a las 12:42
The Force Awakens, dirigida por J.J. Abrams y protagonizada por Harrison Ford, Carrie Fisher, Mark Hamill, Daisey Ridley, John Boyega, Oscar Isaac y Adam Driver
The Force Awakens, dirigida por J.J. Abrams y protagonizada por Harrison Ford, Carrie Fisher, Mark Hamill, Daisey Ridley, John Boyega, Oscar Isaac y Adam Driver
Arena Pública
No es ningún secreto que Star Wars se ha convertido en religión para algunos y una mitología popular para muchos; lo que creó George Lucas en el año 1977 no fue sólo un éxito tecnológico, ni sólo un logro cinematográfico, sino un parteaguas generacional que afectó a gran parte de la cultura popular. 
 
Es por eso que El despertar de la Fuerza no sólo tenía el cometido de ser una buena película, ni el de imitar lo que hicieron bien las películas originales (ahí está lo que hizo Jurassic World, por ejemplo); el denominado Episodio VII tenía el cometido de unir a dos generaciones de fanáticos que esperaban ansiosamente lo que sucedería con la saga fuera de las manos de Lucas; además de presentar la saga a nuevos espectadores.
 
Para esta complicadísima tarea, Disney eligió a J.J. Abrams para guiar esta nueva etapa. Ésta se olvida casi por completo del festín digital, al que comúnmente conocemos como trilogía de precuelas, y abre paso nuevamente a la maravilla artesanal de los efectos prácticos; al verdadero realismo de La Guerra de las Galaxias.
 
Y J.J. cumple en este sentido con creces. Las expectativas eran demasiado altas, pero al ver la cinta notas inmediatamente la precisión de cada encuadre, de cada movimiento de cámara y del mismo montaje. Es una cinta técnicamente muy bien lograda, tanto en el aspecto tecnológico, como en el narrativo. El despertar de la fuerza es puramente lo que algunos llaman ingeniería del entretenimiento, aunque en términos prácticos es saber cómo montar historias.
El ritmo de la película es uno de los más rápidos que he visto. Y es que hay demasiadas cosas por contar que la única forma de hacerlo es teniendo un montaje veloz y eliminando el diálogo innecesario. Esto último es algo que no veíamos desde hace más de treinta años en la saga; El despertar de la Fuerza no expone con diálogos la historia, la muestra; no nos cuentan lo que está sucediendo, lo vemos nosotros mismos.
 
Parte de esta riqueza de lenguaje visual se nota en las relaciones entre personajes. Para empezar, la película se la llevan el personaje de Rey (Daisy Ridley) y BB 8, la química entre este pequeño droide y la protagonista es simplemente perfecta, adorable y graciosa. Si hay algo que han hecho muy bien las películas de Star Wars es brindar ese protagonismo a la interpretación de diálogos, tanto con R2D2 como con Chewbacca (y ahora también con BB8). 
 
Asimismo, las actuaciones de John Boyega (Finn), Oscar Isaac (Poe Dameron) y Adam Driver (Kylo Ren), recaen mucho en la expresión corporal y facial para contar gran parte de la historia. Incluso reconocerás a Finn en su traje de Stormtrooper, mucho antes de que se nos presente con algún diálogo. La actuaciones son buenas, no sólo "para una película como Star Wars"; son buenas, punto.
Una de las dudas más grandes que existían antes del lanzamiento de la cinta, era cómo sería la inclusión de los personajes de la trilogía original a esta nueva entrega. Respecto a esto, sólo queda decir que lograron hacer una mezcla perfecta entre los personajes antiguos y los nuevos. Del reparto original, Han Solo es quien goza de mayor tiempo en pantalla y en ningún momento opaca o se ve opacado por los personajes de Rey o Finn, sino que complementan muy bien sus acciones y personalidades.
 
Ahora, si nos ponemos exigentes con El despertar de la Fuerza encontraremos algunos detalles a corregir, siendo el principal de éstos la cantidad de agujeros que hay en la historia. Tratándose de Star Wars, lo más probable es que dichos "agujeros" sean cubiertos en las próximas películas, series animadas o cómics; sin embargo, hay un par de elementos que sí necesitaban de mayor explicación; sobre todo tomando en cuenta que una película debe justificarse por sí misma. Igualmente, vemos un recurso Deus ex machina para resolver una situación casi al final de la película, que resulta un poco fuera de lugar (aunque como fan de Star Wars es inevitable no amar esa escena).
 
Ahora bien, en un inicio alabamos el uso de efectos prácticos, pero esto no quiere decir que el CGI no exista dentro de esta película (al fin y a cabo es una película en el espacio). En su mayoría, los efectos especiales están muy bien logrados. No, miento, siempre están muy bien logrados; el problema está cuando colocan una personaje CGI dentro de un ambiente con monstruos y criaturas reales. La comparación es casi inevitable y, por más bien hecho que esté el personaje diseñado en computadora, la diferencia llega a ser perceptible.
 
Afortunadamente, esto sólo ocurre un par de ocasiones y en la mayoría de las escenas los efectos (tanto especiales como prácticos) son todo un deleite visual; sin mencionar que en cada secuencia vienen bellamente acompañados de la partitura de John Williams.
Por otra parte, y como ya mencioné en párrafos pasados, El despertar de la Fuerza carga con un gran peso de nostalgia, a pesar de sus nuevos elementos; sobre todo en la historia. Para los conocedores de la trilogía original, la premisa no será ninguna novedad; sin embargo, entiendo la razón detrás de esta decisión. Episodio VII no es tiempo para tener un nuevo argumento. Es tiempo para reencontrarnos con los personajes que amamos, para conocer realmente bien a aquellos que acompañaremos durante los siguientes años y para proponer un nuevo tono, una nueva etapa. Todo, bajo una nueva perspectiva, que al final nos entrega una sensación fresca.
 
Finalmente, la pregunta obligatoria: ¿Cumple con las expectativas? Sí, y si le añadimos el peso nostálgico, incluso podemos decir que un poco más. ¿Es una película perfecta? ¿Cambia el paradigma de la saga? No. Y no tenía que hacerlo; con más de treinta años de expectativa, el fan service era un elemento necesario para comenzar otra vez, y para esto era crucial volver a las raíces de la saga. No por nada encontraremos elementos de las tres películas originales en El despertar de la Fuerza.
 
Con esto, J.J. Abrams realizó un trabajo sutil y milimétrico para complacer a los fanáticos de ambas generaciones y al mismo tiempo introducir a nuevos espectadores a este mundo fantástico. El despertar de la Fuerza no viene a imponer ni sorprender demasiado, sino a introducir y afianzar lo que otros desarrollarán más adelante. La base de la saga ahora es más sólida que nunca. 

 

4.5/5

La mejor película de Star Wars desde El Imperio Contraataca.