EPN envía señales cruzadas contra la corrupción: The Economist

La publicación inglesa reiteró sus críticas ante el manejo de la crisis de credibilidad del Estado.
6 Febrero, 2015 Actualizado el 6 de Febrero, a las 14:36
El pasado 22 de enero The Economist hizo una severa crítica al presidente Peña y su gestión de la crisis de credibilidad por la que atraviesan las instituciones en México frente a los constantes casos de corrupción.
El pasado 22 de enero The Economist hizo una severa crítica al presidente Peña y su gestión de la crisis de credibilidad por la que atraviesan las instituciones en México frente a los constantes casos de corrupción.
Arena Pública

El semanario inglés The Economist volvió a cuestionar el actuar del presidente Enrique Peña Nieto frente a los escándalos de conflictos de interés en su gobierno.

En un nuevo texto sobre México, la publicación denostó que el presidente envía mensajes mezclados en su recién anunciada campaña de combate al conflicto de interés.

Mientras asegura que combatirá la corrupción en todas sus formas, Enrique Peña también designa a una persona cercana, como lo es el nuevo secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, para que se le investigue por los recientes escándalos sobre las mansiones compradas a empresarios.

“La decisión del presidente de exponerse a él, su esposa y a su ministro de Finanzas a una investigación sobre las acusaciones de conflicto de interés por desgracia ha tenido un inicio fallido”, comienza diciendo el semanario en un texto titulado “Conflicto de interés en México: una salida en falso”.

The Economist hizo referencia a las declaraciones hechas por Virgilio Andrade al diario Reforma, en las cuales expresó que la Función Pública no contaba con facultades para investigar contratos entre particulares; entre ellos los realizados entre el presidente; su esposa, Angélica Rivera; o el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con empresarios constructores.

Aunque los tres aseguran que no hicieron mal —dijo la publicación—, los contratos hipotecarios no han sido hechos públicos.

“Algunos acusaron al Sr. Peña de actuar con cinismo al anunciar con bombos y platillos una investigación que él debe haber sabido que estaría limitada en su alcance. También es ampliamente señalado que el señor Andrade debe su trabajo al Sr. Peña, y dice que es amigo personal del señor Videgaray, lo que plantea dudas sobre su independencia”, comentó.

El pasado 22 de enero The Economist hizo una severa crítica al presidente Peña y su gestión de la crisis de credibilidad por la que atraviesan las instituciones en México frente a los constantes casos de corrupción.

En aquella fecha aseguró que en una democracia verdadera, una postura sin contundencia contra el problema de la corrupción, como la del presidente y su secretario de hacienda, no sería tolerada.

En esta ocasión el semanario expresó su decepción ya que en primera instancia había calificado la decisión presidencial de someterse a investigación como “asombrosa”.

De acuerdo con The Economist, la aprobación del Sistema Nacional de Corrupción no eliminará por sí sola la corrupción en el actuar de la clase política, pero “Enrique Peña puede incrementar esas posibilidades, si primer limpia su propio nombre”. 

 

MÁS INFORMACIÓN: Peña se equivoca en sus respuestas ante la crisis: The Economist. Nota de Arena Pública del 23 de enero de 2015.