Oceanografía, ¿concesión?

En medio de un concurso mercantil que debería convertirse inmediatamente en una quiebra porque los pasivos de la intermediaria de servicios marítimos superan a sus activos y porque en la práctica los barcos y las barcazas con las que operaba eran producto de operaciones de tercerización, algunos acreedores de la firma han deslizado la idea de capitalizar deudas al estilo del proceso que caracterizó la cesación de pagos de Mexicana de Aviación.

Sin embargo, la diferencia en el caso de Oceanografía es que la compañía, con gran influencia en la ciudad de Campeche, no operaba una concesión de un servicio público sino que simplemente era un contratista y proveedora de servicios de Pemex. Esa es la gran diferencia. ¿Por qué entonces el gobierno mexicano tendría que conservar la operación de esta compañía?

Los acreedores interesados en capitalizar pasivos esperarían que, al “rescatar” Oceanografía y salvar al gobierno federal y al de Campeche del problema social que representaría su desaparición, tuvieran la oportunidad de seguir operando los mismos contratos de la paraestatal que favorecieron durante muchos años a la empresa de Amado Yáñez.

También se ha confirmado el interés de Carlos Hank en esta compañía, quien habría sostenido pláticas con Amado Yáñez antes de que se hicieran públicos los problemas de liquidez y manejos financieros que provocaron la debacle de sus operaciones.

MÁS INFORMACIÓN: Despiden a 11 funcionarios en Banamex por caso Oceanografía, nota de Arena Pública de mayo 14 de 2014.