Capitales estadounidenses en la antesala del Congreso por la reforma petrolera

<p>De reformarse la Constituci&oacute;n para permitir inversiones privadas en el sector de los hidrocarburos, se esperar&iacute;a una avalancha de inversiones que el PAN ha calculado en m&aacute;s de 30 mil millones de d&oacute;lares. Un hecho que no pasa desapercibido para los capitales nacionales y extranjeros, sobre todo estadounidenses. Ya las grandes petroleras de ese pa&iacute;s cabildean en el Congreso los pormenores de la reforma y una serie de documentos del Congreso de Estados Unidos muestran los fuertes intereses hist&oacute;ricos de los grandes proveedores de equipos y de bienes de capital para la industria petrolera, que ven con impaciencia lo que ocurre con Pemex.</p>
12 Agosto, 2013 Actualizado el 16 de Diciembre, a las 13:18
En la Cámara de Senadores el lobbying por parte de las grandes petroleras estadounidenses ya comenzó.
En la Cámara de Senadores el lobbying por parte de las grandes petroleras estadounidenses ya comenzó.
Arena Pública

En la Cámara de Senadores el lobbying por parte de las grandes petroleras estadounidenses ya comenzó. Perforadoras estadounidenses y proveedores de equipo buscan establecer contacto con personajes clave en el Poder Legislativo para la aprobación de las reformas al sector energético y, en especial, para impulsar la inversión en la extracción de petróleo y gas.

La propuesta del Partido Acción Nacional (PAN) de modificar el marco constitucional y regulatorio del cual depende Pemex, estima que la reforma al sector de la energía representaría inversiones por más de 30,000 millones de dólares. Ese es el tamaño del pastel.

La senadora del PRD, Alejandra Barrales, advirtió que la “prisa” por iniciar el debate en el Poder Legislativo está relacionada con “presiones del exterior”. La integrante de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta reveló, además, la presencia en México de expertos en cabildeo contratados por empresas petroleras estadounidenses. “Buscan establecer contacto con legisladores que ellos consideran clave en este momento”, dijo la legisladora.

Por ejemplo para hacerse cargo de sus servicios de cabildeo, el gigante estadounidense Halliburton, vinculado con la familia Bush, acaba de contratar a la compañía de lobbying Patton Bags en donde la ex consejera jurídica de Pemex, Verónica Bryant, aparece como uno de los principales asociados para las negociaciones encomendadas por la petrolera que en 2012 invirtió más de 250,000 dólares en estas actividades, según datos del Congreso de Estados Unidos.

Entre 2004 y 2006, Bryant participó en la coordinación jurídica de convenios de coinversión y comerciales de Pemex con empresas internacionales. En su sitio de Internet, Patton Boggs asegura que Bryant ha estado involucrada en las principales licitaciones para la exploración y producción de petróleo y gas por parte de la paraestatal Pemex.

Una vieja historia

Pero el interés de los corporativos petroleros estadounidense no es nuevo ni se limita a hacerse presentes en los pasillos de las Cámaras de Senadores o de Diputados. En Estados Unidos, desde hace más de dos décadas, ante la Subcomisión de Política Internacional sobre Asuntos Económicos y Comerciales de la Cámara de Representantes, una larga lista de empresas estadounidenses interesadas en la reforma constitucional que daría, según ellas, certidumbre a las inversiones en el sector petrolero mexicano, se ha hecho presente para informar a sus legisladores sobre el impacto del monopolio petrolero que ejerce Pemex.

Para ellos la exclusividad del Estado mexicano para explorar, producir, transportar, comerciar, y refinar todo el petróleo crudo del subsuelo, no sólo los mantiene al margen del negocio de la producción, sino que ha detenido el crecimiento y la demanda de maquinaria y equipo para la industria de la extracción y transformación del petróleo del que debería ser su principal mercado, después de Estados Unidos.

La razón es que simplemente Pemex es el único cliente para negociar. Sin reformas de fondo, además, permanece la perspectiva de que no se detone la inversión porque no se tendrán garantías para el retorno del capital. En 1989 las reformas para impulsar la participación en el sector de la petroquímica secundaria fueron insuficientes porque no se contaba con materia prima ni gas natural a costos competitivos.

Un ejército de interesados

Ahora, frente al auge de los negocios vinculados con la exploración y distribución de shale gas –que convertiría a Estados Unidos, según algunos analistas, en la nueva superpotencia en materia de energía- no todos los jugadores de ese país van por los grandes negocios de exploración en aguas profundas, como Halliburton.

Una centena de proveedores de equipos y bienes de capital para la industria petrolera han estado inconformes durante las últimas décadas con las condiciones que impone Pemex para otorgar contratos en los que establece la obligación de incluir contenido nacional en la ejecución de las obras. Además, reprochan las tarifas arancelarias para importar equipo de Estados Unidos.

El colmo de las quejas manifestadas ante el Órgano de Control del Congreso (GAO) –según el reporte “Petróleo mexicano, problemas que afectan la inversión y el comercio”– es que la “mala calidad” de los aceites lubricantes que fabrica el propio Pemex, ha llegado ha dañar las barcazas contratadas por la paraestatal para transporte de combustibles.

Pero más allá de la anécdota, desde hace un año las empresas estadounidenses interesadas no sólo en el petróleo mexicano, observan con grandes expectativas los resultados del acuerdo entre los gobierno de Estados Unidos y México relativo a los yacimientos transfronterizos de hidrocarburos en el Golfo de México.

Al vencerse la moratoria que impedía a Estados Unidos explorar y obtener petróleo en la zona del Polígno Occidental del Golfo, se iniciaría hacia finales de este año la extracción de petróleo en esa región transfronteriza. El petróleo resultado de esa actividad de exploración y producción deberá compartirse con México en los mismos volúmenes.

De acuerdo con la Asociación de Industrias de Perforación Marítima, México también debería observar las oportunidades que ofrece la exploración en aguas profundas. Es esta asociación, casualmente, la que impulsa y patrocina iniciativas de ley para que el gobierno de Barack Obama acelere la venta de derechos para la explotación de petróleo y por supuesto de shale gas.

La producción en el “hoyo de dona” se estima en 172 millones de barriles y aún se espera que México diga la última palabra.

En un análisis preparado para el Senado de Estados Unidos por Michael Levi, director del Programa de Seguridad Energética y Cambio Climático con fecha de mayo de 2013, se reconoce la importancia de que la estrategia estadounidense para el sector energético contemple mayores oportunidades de inversión en Canadá y México.

Precisamente Levi asegura que el acuerdo para explotar el petróleo y gas en aguas profundas del Golfo de México exige a México recursos y condiciones jurídicas para involucrarse en la vigilancia ambiental de estas actividades. Así, el ejército de empresas estadounidenses espera la reforma al sector de la energía y la transformación de Pemex para asegurar sus inversiones.

Otro de los grandes participantes en el cabildeo de iniciativas en el sector de la energía en México y Estados Unidos es el Instituto Americano del Petróleo que aplaudió el acuerdo alcanzado con Pemex a finales de julio pasado para impulsar proyectos conjuntos de inversión para la introducción de gasoductos transfronterizos.

Así, el debate legislativo que inicia para definir el rumbo petrolero de México hacia los próximos años, también tiene en primera fila a los cabilderos de los grandes capitales petroleros estadounidenses que ven en México a un mercado relevante para sus inversiones futuras, más allá de la tan sobada autosuficiencia de hidrocarburos del gigante del norte.

 

MÁS INFORMACIÓN: El debate de los modelos petroleros, nota de Arena Pública de agosto 12 de 2013.

MÁS INFORMACIÓN: El reino petrolero de las siete hermanas, nota de Arena Pública de agosto 12 de 2013.