Sin estrategia ni agenda digital, salud en AL perfila crisis de gobernabilidad
México vive lo que podría ser el comienzo del colapso de su sistema de salud pública. La ausencia de una estrategia definida resulta doblemente extraña.
Lo es porque el tema de la necesidad de un replanteamiento profundo de los sistemas de salud está en el horizonte de todas las naciones latinoamericanas desde hace por lo menos 30 años.
Asoma, asimismo, como desconcertante la ausencia de rumbo claro, en esta y otros asuntos claves, de parte de un gobernante que se supondría se preparó durante 18 años, al menos, para serlo.
Entre tumbos, resalta la ausencia de un proyecto sólido y viable, que evite poner en evidencia reiteradamente a un proyecto que además de bisoño parece simplemente incapaz de operar de modo estratégico en cualquier ámbito que no sea el electoral.
En el caso de los sistemas de salud hay por los tres elementos sobre los que de distinta manera y con diferentes resultados, pero en todos los casos de modo consistente, se ha venido trabajando en Latinoamérica: Cobertura universal, es el primero; atención especializada y crónica, el segundo; y, más recientemente, el impacto de las tecnologías digitales en el conjunto de cada sistema de salud y la manera en que sus actores se conciben dentro de él hasta hoy.
Durante tres décadas, hace ver la CEPAL, queda claro que no hay un solo camino. Desde Chile que ha apostado al mercado, hasta Cuba donde el Estado lo es todo, pasando por un esquema mixto en Uruguay.
Los resultados han sido variables, lo reconocía de ese modo la CEPAL hace cinco años ya. Mas, avanzar en el fortalecimiento de los sistemas de salud púbica latinoamericanos, subraya el organismo, cuatro objetivos innegociables: mejorar el acceso y la protección financiera, incrementar la eficiencia y reducir las inequidades.
Con información de la Organización Mundial de la Salud, algunos datos para contrastar. Si el éxito del sistema de salud se midiera por expectativa de vida, el sistema chileno, claramente inclinado a estimular la competencia de lo privado, estaría en primer lugar con 80 años, casi 20 más que Haití.
A su vez que Costa Rica destaca como la nación que mayor cantidad de presupuesto, en relación con su PIB, otorga a la salud pública.
México, por cierto, aparece como el cuarto que menos presupuesto asigna en relación con su PIB, solo por encima de Venezuela, Perú y Bolivia; y dos puntos y medio por debajo de Haití.
Por su parte, Cuba es el país que más camas de hospital tiene por cada diez mil habitantes y Guatemala el que menos. Uno, dispone de más de 50, mientras que el otro no llega a las 7 camas.
El panorama se torna aún más complejo cuando a la atención primaria de salud, al revisar la atención a padecimientos de alta especialidad o enfermedades crónicas.
La tecnología, particularmente las oportunidades que abrirá la implementación de la 5G, ha de ser considerado como elemento de primer orden en los sistemas de salud
De acuerdo con la OMS, en este sentido, se proyecta que para 2030, dentro de poco más apenas de una década, casi el 70% de las muertes en el mundo serán resultado de enfermedades no transmisibles, que es otra de las maneras en que se identifican los padecimientos crónicos.
“El 80 % de las muertes causadas por condiciones crónicas ocurre en países de bajos y medianos ingresos, donde las personas tienden a desarrollar enfermedades a más pronta edad, sufren por más largo tiempo y mueren más temprano que en los países de altos ingresos”, apunta Esteban Londoño, en su extenso trabajo sobre la materia.
Hay una tendencia global, explica Londoño, a relegar los tratamientos de enfermedades crónicas, cuya incidencia se atiende con efectividad apenas en un 10%, por lo que él mismo denomina: “la tiranía de lo urgente”.
En medio de este panorama, la tecnología, particularmente las oportunidades que abrirá la implementación de la 5G, ha de ser considerado como elemento de primer orden.
Por una parte, la 5G va a permitir simplificar y robustecer algunos procesos médico-administrativos, como el manejo de expedientes (ya Uruguay lo está haciendo); por otro, propiciará una transformación de alto impacto en la atención de ciertos procedimientos de modo remoto.
Dos de las variables más importantes en los sistemas de salud, alcance de cobertura mediante cuantiosas inversiones en infraestructura física se modificará de manera radical; de la misma manera que la interrelación entre los actores en los sistemas de salud.
Ocurra pronto o se difiera la plena incorporación de la 5G en la región, los sistemas de salud en América Latina, tal y como señala el sociólogo José Ernesto Pérez Lugo, requieren con carácter de urgencia definir una estrategia de gestión para superar la crisis que afrontan.
El mismo Pérez Lugo advierte, por lo que los sistemas de salud representan, la agudización de su crisis puede en cualquier momento derivar en una crisis de gobernabilidad.
Sin más rumbo que un discurso difuso sobre corrupción y sin planteamientos de fondo que apunten a una reforma de hondo calado, la muy delicada circunstancia mexicana pone en evidencia que, como suele decir la gente, “con la salud no se juega”.
@atenoriom