Romario, Cruyff y el carnaval de Río

Romario vivió su mejor etapa como futbolista en la temporada 93-94, tanto así que logró conseguir un permiso imposible gracias a su futbol.
27 Septiembre, 2019
Romario y Johan Cruyff en el banco del Barcelona. (Foto de RadioHouse hn)
Romario y Johan Cruyff en el banco del Barcelona. (Foto de RadioHouse hn)
Tiempo extra

Romario de Souza Faria, es uno de los tipos más carismáticos que han existido en el mundo del futbol. Un fuera de serie en el campo, con el balón en los pies pocos futbolistas tan determinantes como el brasileño. Fuera de él, un tanto polémico y rebelde, pero sin duda con una personalidad única. 

 

Corría la temporada 93-94, el primer año del astro brasileño en Barcelona. Llegaba del PSV Eindhoven convertido en uno de los mejores goleadores de Europa y en la ciudad catalana se vivían tiempos de gloria. El cuadro culé había conquistado su primera Copa de Europa un año antes y en la plantilla blaugrana militaban nombres como Andoni Zubizarreta, Michael Laudrup, Pep Guardiola y Hristo Stoichkov. Todos dirigidos por el mítico Johan Cruyff. 

 

Romario no tardó en adaptarse, rápidamente se convirtió en una pieza clave para el equipo. Corría el mes de Febrero y estaba firmando una de las mejores campañas para un delantero en la historia del club. Fiel a sus raíces brasileñas y a su pasión por la fiesta más importante de su país, no quería perderse por ningún motivo el Carnaval de Río. 

 

Tras terminar una práctica un día previo a un compromiso ante el Osasuna, el futbolista se acercó a Cruyff y le solicitó dos días más de descanso para poder ir a Río de Janeiro. El Barcelona se enfrentaba ante el cuadro navarro y los jugadores tendrían un día descanso, para después retomar los entrenamientos toda la semana. Romario pedía en sus primeros meses en el club, dos días más de descanso que todos sus compañeros (y qué compañeros), a mitad de temporada y a Johan Cruyff, probablemente el personaje más importante en la historia blaugrana. 

 

Cruyff, otro tipo con una personalidad muy peculiar y un carisma como pocos, le otorgó el permiso a Romario. Le prometió que le daría esos días extra de descanso si llegaba a marcar dos goles en el encuentro que debían jugar. El brasileño sabía que debía de cumplir y para el minuto 20 ya había firmado su doblete. Lo que nunca vio venir Johan, fue lo que sucedió tras el segundo de Romario. 

 

Inmediatamente tras marcar el doblete, el delantero se acercó a la banda y le pidió el cambio a su técnico. Convencido de que había cumplido se acercó y le dijo al oído: `Míster, mi vuelo sale en una hora´. Cruyff no tuvo opción y cumplió su promesa con Romario.

 

 El brasileño sabía que su futbol era capaz de conseguir un permiso de ese tamaño y el holandés sabía cómo sacar el mejor rendimiento de su futbolista. Cruyff conquistaría su cuarta Liga consecutiva con el Barcelona y el Carnaval de Río contaría con la presencia de quien ese año fue Pichichi de la Liga Española, Campeón del Mundo con Brasil y mejor futbolista del mundial. 

 

Alonso Revilla Alonso Revilla Apasionado de los deportes, estudiante de Negocios Internacionales en la Ibero, comentarista en EXA 95.5 Querétaro y colaborador en donbalon.com