Desequilibrios

Hay una ausencia preocupante por parte del Ejecutivo Federal de sentido de urgencia para acelerar la transformación digital que requerimos durante y después de la cuarentena.
28 Abril, 2020
Sinapsis

Es innegable que la cuarentena y recesión económica en que vivimos, nos ha permitido palpar con más conciencia y claridad los enormes desequilibrios pre y post covid-19 que hoy más que nunca nos afligen y cobran la factura.

Desequilibrio entre humanidad y naturaleza, desarrollo y depredación, desequilibrio entre conservación de lo natural y un consumismo y alimentación insostenibles e insalubres.

Desequilibrio en accesos y oportunidades entre pobladores de zonas urbanas y rurales más marginadas, entre mestizos e indígenas, entre el norte y el sur, entre conectados y desconectados. Desequilibrio entre lo real y lo virtual, la realidad y la apariencia, entre seguridad y privacidad.

Desequilibrio entre mujeres y hombres, en sus relaciones de poder, en su nivel de accesos, voz pública, cargas y responsabilidades, ingresos y visibilidad, desequilibrios que hacen posible la violencia y el feminicidio todos los días en México.

Desequilibrio entre gobernantes y gobernados, entre cúpulas y bases, entre autoridades y ciudadanía entre federación y municipios, entre poderes públicos y privados, entre forma y fondo. 

Desequilibrios en los mercados, entre monopolios rentistas que no compiten y pequeñas y medianas empresas que solo sobreviven si compiten.

Desequilibrio entre lo trascendente y lo superfluo, lo efímero y lo que perdura, entre la prosperidad material y la ética, entre el interés individual y el colectivo.

Desequilibrios todos que hoy nos persiguen como fantasmas, nos dificultan vencer la pandemia, actuar con decisión y racionalidad, con serenidad y justicia, sin filias ni fobias, sin prejuicios ni ideologías que nos dividen, cuando más requerimos estar unidos frente a esta guerra entre virus y sistema inmune. 

Paradójicamente son estos terribles desequilibrios, los que nos pueden impulsar a un cambio de paradigmas para salvar vidas, empleos y priorizar lo que realmente importa: servicios y políticas de salud eficaces, agua potable, educación de calidad, justicia y seguridad pública e insertar a México en la transformación digital que toca toda actividad humana. 

Revertir todos estos desequilibrios no es cosa menor. Algunos requieren voluntad política, otros tener claras las prioridades, todos requieren de un liderazgo no protagónico, no egocéntrico y visionario. 

Hay una ausencia preocupante por parte del Ejecutivo Federal de sentido de urgencia para acelerar la transformación digital que requerimos durante y después de la cuarentena. Ya no somos los mismos después del COVID-19;  en la medida que algunos hemos podido trabajar, aprender, comunicarnos, comprar, cobrar, pagar y organizarnos a través de plataformas en línea. Pero el 44% de los hogares mexicanos no han tenido esa oportunidad pues no cuentan con acceso a Internet o con una computadora en casa (el 56%). 

El gobierno federal y la gran mayoría de los estados y municipios de la República necesitan dar prioridad a todo aquello que puede habilitar cambios profundos en la economía, la salud, la educación y el trabajo creando círculos virtuosos de igualdad, productividad, crecimiento, acceso a salud y educación, entre otros derechos humanos que el Estado está obligado a garantizar con recursos de toda índole.

¿Cómo dar un salto cuántico para la inclusión digital universal y para que todo el gobierno se vuelva en el usuario número uno de las TIC para impulsar telemedicina sostenible, teleeducación de primera calidad, comercio electrónico seguro, confiable y asequible, teletrabajo sostenido e inclusión financiera para acceder a capital?

Hoy, en pleno 2020, la SEP tuvo que optar por transmitir videos educativos de primaria, secundaria y preparatoria por televisión abierta por que el 92.5% de los hogares tienen un televisor digital. Pero estudiantes sin Internet en casa, tendrán que conformarse con los contenidos educativos de la televisión porque sin Internet no podrán interactuar, hacer pruebas, ejercicios, buscar o ampliar la información, ponerle pausa y repetición ni interactuar con maestro alguno.

 

Hoy, en pleno 2020, la SEP tuvo que optar por transmitir videos educativos de primaria, secundaria y preparatoria por televisión abierta por que el 92.5% de los hogares tienen un televisor digital

 

Compare los recursos educativos en aprende.mx con los de la programación educativa por televisión y con los de la academia Kahn y tantos otros repositorios con una oferta educativa casi ilimitada. Y sin embargo, qué bueno que se ofrecerá algo por TV de lo contrario, las vacaciones durarían meses y meses pues la juventud y niñez mexicana casi no lee. 

La época del Estado Mexicano proveedor de bienes y servicios finales para los usuarios ya quedó en el pasado, no le fue muy bien, no es sostenible, no es recomendable, no es la vocación propia del estado, genera distorsiones con el sector privado y social, y una competencia desleal.

Lo que sí es la responsabilidad del Estado es habilitar la inclusión digital mediante regulación, políticas públicas, estímulos fiscales, fondos y acceso a espectro y fibra óptica, para que nuevos entrantes, comerciales y sociales puedan desplegar infraestructura u ofrecer servicios de conectividad,  aplicaciones y contenidos relevantes localmente, así como capacitación para la formación de jóvenes en tecnologías de la información y la comunicación.

¿Créditos a pymes? Por favor no para poner taquerías y aumentar la obesidad y diabetes. Se requiere acceso a capital y crédito asequible para emprender negocios (con o sin fines de lucro)  digitales, redes, servicios de Internet mediante WiFi, redes comunitarias 4G, fibra óptica rural o bien cooperativas como la impresionante Tosepan en Cuetzalan que aglutina a productores locales y brinda bienes y servicios diversos y que ha sido sostenible por más de 40 años. En estas circunstancias adversas, la compartición de recursos e infraestructuras públicos y privados ha demostrado ser exitosa por eficiente y debe explorarse más.

Hoy más que nunca la formación de mujeres y hombres especialistas en ciencia y tecnología es indispensable y la investigación y desarrollo tecnológico en México son imprescindibles para reducir en alguna medida la dependencia científica y tecnológica del exterior y la brecha de talento. El nuevo paradigma sería impulsar la transformación digital desde lo local para impulsar economías locales con esquemas comerciales y sociales 

Es realmente urgente y prioritario una estrategia digital nacional articulada, consensada transversalmente, con un presupuesto a la altura, con estrategias de ciberseguridad eficaces y de privacidad garantizada, y metas e indicadores adecuados de desempeño. 

Adriana Labardini Adriana Labardini Abogada mexicana, especialista en regulación, competencia y políticas públicas de TIC para el desarrollo. Asesora y consejera de la organización Rhizomatica. Fundadora y Vicepresidenta de Conectadas, Red de mujeres líderes por la igualdad de género. Fulbright y Ashoka fellow. Consejera Académica en la UIA- Derecho. Egresada de la Escuela Libre de Derecho con grado de maestría de la Universidad de Columbia en Nueva York. Interesada en el comportamiento humano, la empatía, los modelos disruptivos de desarrollo, culturas y lenguas originarias, neurociencia, innovación por diseño, historia de las ciencias de la computación y danza.