¿Contribuyentes al rescate de monopolios y cúpulas?

Ahora se exige, de nueva cuenta, a consumidores y contribuyentes que financien con sobreprecios e impuestos a los ineficientes monopolios de Pemex y CFE y sus sindicatos.
21 Julio, 2019
Sinapsis

Los incentivos para premiar malas prácticas y extracción de rentas de monopolios gubernamentales y sindicales parecen no tener fin a pesar de que le han fallado a los contribuyentes y a los consumidores mexicanos por casi un siglo.

Más allá de ideologías maniqueas, que no resuelven problemas de Estado, el actual régimen parece haber claudicado en la oportunidad de oro de cambiar el sistema de incentivos que prevalece en estos monopolios entre otros- y que explica buena parte de nuestros fracasos, nuestras ineficiencias, injusticias e impunidad. Aquí se tolera o premia al que no entregó resultados, al ineficiente y voraz y se castiga al productivo, al eficiente y al contribuyente cumplido o al consumidor responsable.

Llevamos décadas tolerando deficientes y caros servicios de energía eléctrica, gasolinas caras y malas, gasolinerías controladas por mafias con prebendas y bombas manipuladas para dar litros de 850 ml, y tarifas DAC (de alto consumo) que castigan la menor movilidad social al cobrar tarifas domésticas 300% más caras y no en forma progresiva.

Si bien PEMEX ha sido víctima de muy gravosos regímenes fiscales, también es cierto que ha sido víctima sobre todo de su sindicato, de sus corruptos e ineptos directores y directivos, y de la cultura organizacional que siempre imperó creando incentivos perversos para estimular la ineficacia, la impunidad y la depredación interna y externa.

Sexenios van y vienen y la historia se repite, con el agravante actual de que ahora sí tanto PEMEX como CFE están agonizantes financiera y operativamente y enfrentando un cambio de paradigma ineludible: las energías sustentables que los hacen verse aún más caducos, grotescos, onerosos, y problemáticos por ser abominables emisores de CO2.

 

Llevamos décadas tolerando deficientes y caros servicios de energía eléctrica, gasolinas caras y malas, gasolinerías controladas por mafias con prebendas

 

¿Y cuál es la respuesta del Gobierno federal ante tan costosos mamuts que no aprenden, no rectifican, no castigan ni logran salir de su fangoso entorno? Démosles más, extraigamos más de los consumidores y de los contribuyentes para llevarlos a las arcas de PEMEX Y CFE. Démosles más líneas de negocios, más inversión, más crédito, sin indicadores reales de desempeño ni administradores capaces e independientes del Gobierno.

Pongamos al primero a refinar el crudo que no produce y a CFE a llevar Internet que no tiene cuando no puede ni abastecer la energía eléctrica que debería en el sureste del país, ni generar energías limpias por su ineficiencia o por que el sindicato no se lo permite o por que varios se han hecho multimillonarios en su paso por estas empresas, o por todo lo anterior.

En un estudio impecable del Banco Mundial que habrían de desempolvar Manuel Bartlett y Octavio Romero, se demuestra cómo los sindicatos de monopolios estatales son tanto más poderosos, rentistas y abusivos que los sindicatos de empresas (públicas o privadas) en competencia, y cómo tienen maestría en extraer rentas a sus empleadores, a los trabajadores sindicalizados y al público consumidor y usuario.

Como las empresas estatales son de todos y de nadie, pues el sindicato y sus dirigentes la hacen suya para ordeñarla y a nadie rinden cuentas. Este es un problema recurrente de las cúpulas mexicanas, pero se recrudece cuando su poder se ve aumentado por falta de competencia y contrapesos reales.

Es verdad que hoy se está luchando contra la impunidad en estas instituciones para castigar a algunos responsables del mal manejo de estas empresas, pero no de raíz, y no a los líderes sindicales cuyas perversidad trasciende las administraciones sexenales y es por eso que hay cambiar el sistema de incentivos, la gobernanza y cultura organizacional y generar competencia real, pesada, que sea un verdadero rival, no un cuate más, de PEMEX Y CFE. Estos monopolios agonizan pues no tienen salud financiera ni operativa ni administrativa y no es tiempo de inventarles nuevas líneas de negocios.

Por si décadas de evidencia no fueran suficientes, ahí vamos de nuevo a engordar y poner el futuro de este sufrido país en manos de los dos monopolios públicos y sus sindicatos que pudiendo ser ejemplo de excelencia técnica que sin duda tienen, han funcionado siempre bajo las reglas de la política clientelar, corporativista y rentista de los monopolios de gobierno sin rendir cuentas al pueblo mexicano ni asumir la responsabilidad de su mal manejo y baja productividad o previsión.

¿Por qué? Porque quienes ahí trabajan en cualquier nivel no tienen riesgo alguno pues no es su empresa, su inversión, su crédito, ellos cobran legal e ilegalmente siempre y son los contribuyentes y consumidores quienes realmente pagan los platos rotos sea con altos precios, baja calidad, impuestos que no se reflejan en bienestar ni inversión en mejores tecnologías.

La salud del país y el futuro de las generaciones venideras también se comprometerá con altos niveles de endeudamiento de México para rescatar a quien no merece ser rescatado bajo las mismas reglas del juego.

 

Vamos de nuevo a engordar y poner el futuro en manos de los dos monopolios públicos y sus sindicatos que pudiendo ser ejemplo de excelencia técnica -que sin duda tienen- han funcionado siempre bajo las reglas de la política clientelar, corporativista y rentista de los monopolios de gobierno

 

Nos exigen que financiemos con sobreprecios e impuestos de nueva cuenta a estos monopolios, que se vuelva a proteger su monopolio en diversos mercados como se hizo con el monopolio de la telefónica privatizada cuyos mercados fueron blindados contra la competencia por más de seis años.

¿Por qué no hacer una consulta pública para preguntarnos si para los contribuyentes PEMEX Y CFE deben ser dioses intocables a los que hay que rendir tributo y sacrificios hagan lo que hagan, roben lo que roben o depreden lo que depreden?

¿Por qué no nos preguntan si queremos como ciudadanos de la Nación Mexicana  endeudarnos en las enormes cantidades y largos plazos que habrá que endeudar e hipotecar a México para nuevamente rescatar a los dos monopolios estatales y sindicales que más nos han lacerado, fallado y costado a consumidores y contribuyentes?

¿Por qué apostar por PEMEX y CFE si están lejos de ser propiedad del pueblo, o de la nación mexicana cuando de facto son propiedad del gobierno y de los sindicatos que las han manejado políticamente para crear clientelas y millonarios?

Y por favor no traten de conmoverme diciendo que PEMEX ha sido víctima del huachicol y otros males pues el huachicol se ideó, facilitó y toleró desde adentro y desde las diversas mafias que PEMEX  y su sindicato incubaron o toleraron igual que en la  CFE  y antes en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro se toleró una mafia de líderes sindicales que ordeñaban la empresa incluso perjudicando a sus sindicalizados que no están hoy mejor por que sus líderes como toda cúpula, abusa de las bases.

Es el momento de soluciones no complacientes: sanear las finanzas, erradicar los incentivos perversos, la cultura clientelar y los contratos colectivos de trabajo y simulaciones de estos monopolios antes de meterle dinero bueno al malo.

Por último, e igualmente relevante, si en verdad quiere la 4T ver al México marginado y aislado conectado al mundo digital del siglo XXI, no lo hagan a través de la CFE.

Pretender solucionar la falta de acceso a Internet a través del monopolio de electricidad en pleno siglo XXI es un error que comprometerá también el futuro de niñas, niños y adultos vulnerables pues en seis años estos esfuerzos se marchitarán, no son sostenibles en manos de una “empresa” que está en terapia intensiva viendo cómo superar su crisis.

 

Si en verdad quiere la 4T ver al México marginado y aislado conectado al mundo digital del siglo XXI, no lo hagan a través de la CFE

 

Los hilos de fibra óptica de CFE ya han sido puestos a disposición de un organismo estatal del sector comunicaciones para que una vez rehabilitados, sirvan para hacer una robusta red troncal que solucionaría problemas de transporte del tráfico de Internet. 

Antes de emprender una tarea indispensable y crítica como lo es la conectividad rural para reducir la brecha digital en manos de la CFE, modelo también ya visto, que fracasó, que es vetusto e insostenible, escuche a los que saben de inclusión digital, de desarrollo rural, de desarrollo comunitario, escuche al BID, al CAF escuche a toda la industria, no solo a Facebook; escuche no solo  a los expertos en Fondos de Servicio Universal fallidos, sino a quienes están desarrollando modelos innovadores de conectividad desde las comunidades marginadas y desconectadas.

La CFE no es la respuesta, no será un Internet para todos y menos para siempre, CFE tiene retos de primer orden hoy día, no la emproblemen más convirtiéndola en operador de telecomunicaciones, no es su giro, no es eficiente y su sindicato elevará todas las barreras posibles para asfixiar este esfuerzo con exigencias inalcanzables que solo en México se toleran aún hoy en beneficio de cúpulas sindicales.

 

@LabardiniA

Adriana Labardini Adriana Labardini Abogada mexicana, especialista en regulación, competencia y políticas públicas de TIC para el desarrollo. Asesora y consejera de la organización Rhizomatica. Fundadora y Vicepresidenta de Conectadas, Red de mujeres líderes por la igualdad de género. Fulbright y Ashoka fellow. Consejera Académica en la UIA- Derecho. Egresada de la Escuela Libre de Derecho con grado de maestría de la Universidad de Columbia en Nueva York. Interesada en el comportamiento humano, la empatía, los modelos disruptivos de desarrollo, culturas y lenguas originarias, neurociencia, innovación por diseño, historia de las ciencias de la computación y danza.