Gasolina: el precio económico de una promesa política

¿Ha cumplido López Obrador con (la versión revisada de) su promesa, de no aumentar el precio de la gasolina en términos reales?
6 Diciembre, 2021
Econokafka

Andrés Manuel López Obrador construyó, en parte, su figura electoral con una denuncia constante: atacando los “gasolinazos”. Al menor aumento nominal en el precio del combustible, incluso de centavos, merecía de inmediato su tronante denuncia con esa palabra. El precio de la gasolina como arma de ataque y, al mismo tiempo, promesa electoral. Si para los menos privilegiados era el “primero los pobres”, para las clases medias y altas era “que se abarate llenar tu tanque”.

Larga campaña y boom petrolero

Sus largos años de campaña en mucho coincidieron con el segundo boom petrolero mundial, de 2004 a 2014. Esto es, con sus dos primeras campañas presidenciales, y sobre todo con su “sexenio legítimo” de 2006-12. Esto es, años en que el petróleo subió, y se mantuvo en precios elevados, por largo tiempo. El tabasqueño tenía una carta ganadora cada vez que el alza internacional llevaba necesariamente a un incremento nacional: gritar “gasolinazo”.

En parte por ello, reducir el atractivo electoral de AMLO, la administración de Vicente Fox contuvo las alzas en los precios de las gasolinas, reduciendo considerablemente el ingreso correspondiente del Impuesto Especial de Producción y Servicios (IEPS).

Para finales de 2005, ya no era impuesto, sino subsidio, que se mantendría así hasta 2014 (la caída temporal del precio internacional del crudo en 2008-09, lo convirtió de nuevo en impuesto unos meses en 2009). De hecho, en 2008 y 2012 fue un subsidio escandaloso considerando la baja recaudación tributaria que tiene el gobierno mexicano, en niveles de 1-2% del PIB. Esto, al menos en parte, por la presión lopista sobre el gobierno de Felipe Calderón.

Fueron años de ataque y de ofrecer, en forma abierta o encubierta, que bajaría el precio de la gasolina. El fuerte aumento a inicios de 2017 en el sexenio peñista no hizo sino hacer más atractivo ese reiterado ofrecimiento a los ojos del electorado.

Del “voy a bajarla” a “no voy a subirla”

No es claro cuando rompió la promesa tan repetida. Por lo menos hasta noviembre de 2016 mantuvo el ofrecimiento de reducción, diciendo que si fuera el Presidente en esos momentos, la gasolina “costaría, cuando mucho, 10 pesos el litro”.

Para diciembre 2018, al tomar posesión, la reiterada oferta se había transformado radicalmente, para decir que no se aumentaría el precio en términos reales, esto es, se incrementaría solo en la misma proporción que la inflación. En marzo 2020 dijo que nunca había hecho el compromiso de bajarla, llevando al contraste con la promesa de 2016, y la evidente mentira, en redes sociales.

Sí dijo también en diciembre 2018 que, “pronto, muy pronto”, se reduciría el precio de la gasolina, pero que ello sucedería al concluir la reconfiguración de las seis refinerías existentes y la conclusión de Dos Bocas, otro compromiso que ha quedado en el olvido.

Pero incluso el compromiso de “no subirla” puede implicar un problema, si el precio internacional del petróleo aumenta notablemente, como de hecho ha estado ocurriendo debido a la recuperación mundial tras el mayor impacto de la pandemia. La mezcla mexicana promedió 35.82 dólares por barril en 2020, y en enero-octubre 2021 fue 64.22 dólares. El alza ha sido ininterrumpida a lo largo del año, llegando a 74.46 dólares en octubre (último dato disponible).

IEPS a la baja

Alza que ha llevado al petróleo por arriba de los niveles de noviembre 2018 (59.77 dólares el barril), el último mes del sexenio de Peña Nieto y contra el cual su sucesor puede argumentar que debe compararse el precio, aparte de los aumentos que permite la inflación.

¿Ha cumplido López Obrador con (la versión revisada de) su promesa, no aumentar el precio de la gasolina en términos reales? Ciertamente, el precio promedio nacional del litro de gasolina regular en México estaba en 19.40 pesos en noviembre 2018, en términos reales, a octubre de 2021 el equivalente es 21.92 pesos. En ese mes el precio estaba significativamente abajo, 20.13 pesos. Solo en marzo 2019 el precio real fue ligeramente superior al de noviembre 2018, es la única ocasión en que se rompió la (revisada) promesa.

Un comportamiento similar se observa con la gasolina premium: 23.66 pesos reales por litro en noviembre 2018, mientras que en octubre 2021 el promedio estaba en 22.36 pesos por litro. En meses recientes se observa, de hecho, una divergencia: la gasolina premium muy estable en su precio real, y la regular bajando de precio.

Pero en Estados Unidos la gasolina ha estado aumentando en forma notable, reflejando lo que ocurre con el mercado internacional del petróleo. Entre abril 2020 (en que se desplomó al precio al impactar globalmente la pandemia) y octubre 2021, el precio promedio de todas las gasolinas ha aumentado 74.6%, mientras que en el mismo periodo el aumento en México ha sido menor tanto en la regular (33.3%) como en la premium (36.0%). En Estados Unidos sí se observa un aumento importante con respecto a noviembre 2018, de 23.7% en términos nominales.

¿Cómo se ha logrado esto? Reduciendo significativamente el IEPS a la gasolina, que muestra una caída notable en la recaudación desde julio 2021 con respecto a las cifras observados en años recientes, incluyendo el sexenio de Peña Nieto. De hecho, el monto recaudado por ese impuesto en octubre 2021 ascendió a 11,077 millones de pesos, la cifra más baja desde diciembre 2014. El acumulado julio-octubre ascendió a 61,896 millones, un marcado desplome con respecto a los 101,026 millones obtenidos en los mismos meses de 2020 (98,667 millones en julio-octubre 2019).

El Presidente busca incesantemente aumentar los ingresos federales sin aumentar significativamente los impuestos, en parte para financiar sus proyectos favoritos. Como es un conservador fiscal al que desagrada aumentar el déficit, en muchas ocasiones ha recortado el gasto público en muchos rubros.

Pero ahora enfrenta una cucharada de lo que se cansó de administrar en su larga campaña: el tener que reducir la recaudación del IEPS para mantener bajos los precios de la gasolina, y que lo acusen de estar permitiendo gasolinazos.

Sergio Negrete Cárdenas Sergio Negrete Cárdenas Doctor en Economía por la Universidad de Essex, Reino Unido. Licenciado en Economía por el ITAM. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UNAM. Profesor-Investigador en el ITESO. Fue funcionario en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el Gobierno de México.

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