Ya sucedió: Trump pretende bajar el ISR-PM a 15%

Trump propone bajar el corporativo a 15 por ciento.Lo que traerá graves consecuencias a México. En nuestro país no se ha entendido que la globalización le imprime restricciones a la política fiscal que diseñamos.
2 Mayo, 2017

Hace unas semanas en este espacio se advirtió la posibilidad de que el presidente de los EEUU, Donald Trump, intentara bajar los impuestos corporativos y los personales.

En ese caso, argumentamos, México podría enfrentar problemas de elusión importantes. Pues bien, ello ya sucedió.

Trump propone bajar el corporativo a 15 por ciento, es decir, al nivel que tiene Canadá hoy en día, el otro socio del TLCAN. Con la reforma del 2014, México prefirió usar la fiscal como moneda de cambio para aprobar la reforma energética (se dice que la reforma tributaria fue elaborada por el color amarillo).

Hoy enfrentamos las posibles consecuencias de esa ceguera. En nuestro país no se ha entendido que la globalización le imprime restricciones a la política fiscal que diseñamos.

A continuación explicaré primero por qué los impuestos corporativos en el mundo han ido disminuyendo. Posteriormente, revisaré las posibilidades de que se apruebe esa reforma en EEUU, y en caso de que así sea, por qué en México podría no haber las consecuencias de recaudación que yo mismo estoy anotando aquí.

 

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El impuesto corporativo, comúnmente conocido en México como el impuesto sobre ingresos mercantiles a las personas morales (ISR-PM), es uno que su naturaleza lo hace móvil internacionalmente. Este fenómeno le disminuye fuertemente el potencial recaudatorio.

Con la globalización que coincide con la caída del muro de Berlín, se ha observado en el mundo una tendencia inversa del nivel de la tasa en el tiempo.

Muchos de los países independientes de Europa del Este diseñaron su sistema tributario con base en tasas impositivas a las personas morales muy bajas, a los cuales les siguieron, entre muchos, una serie de países como China –con su apertura–, India e Irlanda.

Esto provocó que muchas de las empresas grandes de países desarrollados (se debe contar con recursos) trasladaran sus oficinas centrales a esos países, con el objeto de reducir su carga tributaria.

 

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Ante esto, la respuesta de muchos de los países industrializados fue naturalmente reducir sus tasas, como se muestra más adelante en el Cuadro 1 de abajo, el cual presenta una serie de naciones de la OCDE que redujeron sus tasas entre 1990 y 2014.

Sólo por citar dos ejemplos notorios, obsérvese que Alemania redujo sus tasas en 34 puntos porcentuales en este periodo al pasar de una tasa de 50% en 1990 a una de 15.8% para 2011. Por su parte, Canadá pasó de 28.84 a 15%, esto es una reducción de alrededor de 13 puntos porcentuales, siendo un socio del TLCAN.[1]

Así, los países del mundo se han visto forzados a reducir sus tasas, debido a que las empresas gigantes estaban trasladando sus matrices a otros países. Por otra parte, se ha argumentado que en EEUU, nuestro principal socio comercial, eso no ha pasado.

Tan reciente como el pasado 26 de agosto de 2014 la empresa Burger King anunció la compra de la cadena Tom Horton de Canadá; esta acción le permitiría trasladar su matriz a ese país, donde la tasa de ISR-PM es de 15%, con lo que se estima ahorraría 8.1 mil millones de dólares americanos en pago anual de impuestos.

 

Burger King anunció la compra de la cadena Tom Horton de Canadá; esta acción le permitiría trasladar su matriz a ese país, 
con lo que se estima ahorraría 8.1 mil millones de dólares

 

Más aún, el 26 de septiembre de 2014 el prestigiado diario The New York Times reportó que el traslado de las matrices de empresas transnacionales americanas a otros países ha ocasionado pérdidas al tesoro norteamericano de billones de dólares.[2]

A pesar de ser uno de los países donde la tasa de evasión es de las más bajas de mundo (se calcula en aproximadamente 17%), la elusión ha tomado un nuevo brío en estas compañías quienes consideran que la tasa norteamericana es muy alta.

Otro ejemplo, la empresa Amazon es investigada por el uso de precios de transferencia, pero todo indica que los instrumentos que ha utilizado (la ingeniería tributaria) es legal.[3]

Finalmente, la empresa Apple se beneficia enormemente con operaciones en Irlanda.[4] Por ello, ya existen discusiones en el Senado de ese país, incluso antes de que Trump propusiera la baja en la tasa, para tratar de remediar el problema.

Parte de las medidas que se están considerando es reducir la tasa e incluso hasta repensar la introducción del impuesto al valor agregado (con otro nombre, porque a los americanos les causa prurito éste).

Es cierto, en México no se elevó la tasa del ISR-PM, pero se encuentra muy arriba del promedio el cual se ubica en 23.8%.

 

 La empresa Apple se beneficia enormemente con operaciones en Irlanda

 

Debe mencionarse que era necesario remover una serie de privilegios a algunos sectores, pero también se introdujeron una serie de distorsiones, las cuales generarán que algunas de las empresas evalúen la posibilidad de eludir legalmente las medidas e impuestos.[5]

Los agentes aprenden y toman ventaja de los huecos de las regulaciones, en especial en un país con un deficiente sistema judicial (y más generalmente débil estado de derecho).

}Una recaudación más elevada, inmediata a los cambios es natural, pero es de esperarse que posteriormente vuelva a su cauce original si no se diseña atinadamente (recuérdese la euforia que causó la introducción del “impuesto a los depósitos en efectivo” el primero y segundo año; en esta ocasión, cuatro años después tuvo que abrogarse por improductivo).

En ocasiones, las medidas distorsionantes se introducen debido a la desesperación e incapacidad del Estado mexicano para fiscalizar más eficientemente. El problema de raíz pudiera, más bien, estar en la propia casa. En suma, este impuesto empresarial en el mundo entero ha mostrado una limitada capacidad recaudatoria.[6]

 

 

Cuadro 1. Tasas de ISR-PM

País

1990

2014

Reducción (-)

Australia

39.0

30.0

- 9.0

Austria

30.0

25.0

- 5.0

Bélgica

41.0

33.9

- 7.1

Canadá

28.84

15.0

-13.0

República Checa

-

19.0

 

Dinamarca

40.0

24.5

-15.5

Finlandia

25.0

20.0

- 5.0

Francia

42,0 (37,0)

34.4

- 7.6

Alemania

50,0

15.8

-34.175

Grecia

46.0

26.0

-20.0

Hungría

40.0

19.0

-21.0

Islandia

n.a.

20.0

 

Irlanda

43.0

12.5

-30.5

Italia

52,2 (36)

27.5

-24.7

Japón

37.5

28.1

- 9.5

Corea Sur

n.a.

22.0

 

Luxemburgo

(34.0)

22.5

56.5

México

36.0

32.0

- 4.0

Países Bajos (Holanda)

35.0

25.0

-10.0

Nueva Zelanda

33.0

28.0

- 5.0

Noruega

29.8

27.0

- 2.8

Polonia

n.a.

19.0

 

Portugal

36.5

30.0

- 6.5

Eslovaquia

-

22.0

 

España

35.0

30.0

- 5.0

Suecia   

40.0

22.0

-18.0

Suiza

9.8

 8.5

- 1.3

Turquía

n.a.

20.0

 

Reino Unido

34.0

21.0

-13.0

EUA

34.0

35.0

 1.0

Promedio

 

23.8

 

    
 

Fuente: Estimación propia con base en OECD Tax Data Base

Ahora bien, la propuesta de Trump podría no aprobarse en el Congreso porque no se generarían los ingresos suficientes para compensar su caída. La famosa curva de Laffer, en caso de ser válida, tampoco alcanzaría a compensarlos. La evidencia en Alemania y Canadá así lo sugieren.

Para compensarlos, esos países tuvieron que incrementar la tasa de IVA. Pero, EEUU no cuenta con este impuesto (el de las ventas es estatal), por lo que no podría compensar la pérdida proveniente de la baja en el ISR-PM. En adición, si regresaran capitales, éstos se repatriarían en el mediano plazo (unos dos o tres años), lo que implicaría endeudarse todavía más. Dudo que el Congreso americano esté dispuesto a ello.

 

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Por último, déjenme suponer el caso muy hipotético de que pasara la reforma de Trump. Si las empresas transnacionales que hoy tienen su domicilio fiscal en México son racionales, trasladarían sus operaciones a EEUU. Hay una paradoja. ¿por qué hoy no han trasladado sus oficinas a Irlanda como lo hace Apple, por ejemplo?

La respuesta puede ser lo que declaró el secretario de Hacienda de México en los primeros tres años de Calderón: las grandes empresas mexicanas, por lo deficiente del estado de derecho e instituciones, solo pagan el 3% de impuestos. Es decir, aún aprobándose lo de Trump, no se irían, y por eso está el actual secretario tan tranquilo y declara que no importa la reforma fiscal gringa. Todo seguiría igual.

 

[1] Si bien es cierto que está de moda citar a Piketty, su propuesta de incrementar impuestos a la riqueza incluyendo la corporativa, requiere de una coordinación perfecta entre países, misma que omito aquí.

[2] “Made in USA but Banked Overseas in Low-Tax Nations”, The New York Times, B1-B2, September 26, 2014.

[3] “Amazon probe steps up tax deals”, Financial Times, 7 de octubre, 2014.

[4] Existe una comisión en Irlanda para analizar la relación con Apple.

[5] Me parece que es importante acabar con los privilegios, pero existen formas diversas para eliminarlos.

[6] Ver Fausto Hernández (2016). “El objetivo versus los instrumentos de política económica” CEPAL, Santiago de Chile. http://www.cepal.org/es/publicaciones/40298-objetivo-versus-instrumentos-la-politica-publica-caso-reforma-verde-la-igualdad

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".