Gobierno depreda a Pemex con carga fiscal que arriesga su calificación crediticia

Petróleos Mexicanos pagó en promedio el 43% anual de sus ingresos por ventas a la Secretaría de Hacienda como impuestos de 2007 a 2016.
20 Julio, 2017 Actualizado el 20 de Julio, a las 14:30
La Secretaría de Hacienda recarga el peso de su gasto en Pemex como si tuviera las mismas condiciones financieras de hace una década.
La Secretaría de Hacienda recarga el peso de su gasto en Pemex como si tuviera las mismas condiciones financieras de hace una década.
Arena Pública

El principal depredador de Pemex está en casa.

Es el Gobierno federal.

La vulnerabilidad por la que atraviesan las finanzas de la petrolera mexicana no es causa suficiente para que el Gobierno que emprendió la reforma energética disminuya la desmedida carga fiscal que le ahorca.

Petróleos Mexicanos pagó de impuestos -en promedio- el 43% anual de sus ingresos por ventas a la Secretaría de Hacienda de 2007 a 2016.

Una proporción que ninguna empresas privada estaría dispuesta a pagar. De hecho, México es el cuarto país con el menor costo fiscal total para las empresas de acuerdo con el estudio Alternativas Competitivas 2016, enfoque Fiscal, de la consultora KPMG.

No para Pemex, la compañía más grande de México y una de las mayores fuentes de ingresos del Gobierno. 

 

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La petrolera llegó a pagar de impuestos lo equivalente a 76% de su producción en 2013, la proporción más alta de 10 países de América Latina contemplados en el estudio Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En 2015 y 2016 las transferencias de Pemex al gobierno se redujeron a 35% y 28% del total de sus ventas, respectivamente, y aun así “permanecen altas en relación con el flujo de efectivo de la compañía”, asegura Fitch.

La empresa productiva de Estado pasó de pagar un promedio de 657 mil millones de pesos de impuestos entre 2007 y 2014, a un promedio de 361 mil millones en 2015 y 2016, casi dos veces menos.

El motivo fue la significativa caída que sufrieron sus ingresos por causa de la disminución de los precios internacionales del petróleo.

Desde 2013 las ventas de Pemex no paran de caer pero en 2015 sufrieron una disminución de 26% anual, la peor en una década, al pasar de 1.58 billones de pesos en 2014 a 1.16 billones un año después.  

En 2012 registró ventas de 1.64 billones, el máximo de la última década, en contraste, En contraste, durante 2016 se redujeron hasta 1 billón, es decir, 34% en cuatro años.

Refinería Salina Cruz. Fuente: Pemex. 

 

 

Sin embargo, el Gobierno recarga el peso de su gasto en Pemex como si tuviera las mismas condiciones financieras de hace más de una década.

En 2004 las finanzas de Pemex rebosaban. Durante el sexenio de Vicente Fox alcanzó su producción máxima de crudo con 3.4 millones de barriles diarios a un precio aproximado de 40 dólares por barril.

A partir de entonces -con excepción del 2009- los precios internacionales de petróleo comenzaron a incrementarse hasta rebasar los 100 dólares por barril en 2011 y 2012.

 

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Hoy la historia se cuenta diferente, con un precio de 44.2 dólares por barril, menos de la mitad que en 2011 y 2012, y una producción de 2 millones de barriles diarios, 40% menos que en 2004, y lo que falta.

La estimación más conservadora de Pemex establece que la producción continuará con caídas por lo menos en los próximos tres años. A ello hay que sumarle un pasivo por 3.38 billones de pesos que pesa sobre los hombres de su contabilidad.

Pero las nuevas condiciones financieras de la petrolera no harán retroceder la carga fiscal del Gobierno, Fitch estima que los impuestos permanecerán sin cambios en aproximadamente 55% del valor de la producción.

 

Carga fiscal, un riesgo para la calificación crediticia

Para cubrir las exigencias fiscales Pemex tiene que endeudarse.

 

En los últimos años el perfil crediticio individual de Pemex se ha debilitado debido al incremento substancial de deuda que la compañía ha realizado principalmente para cubrir las importantes transferencias hacia el Gobierno.

Fitch.

 

Como consecuencia del incremento en su deuda desde 2009 el balance general de Pemex, es decir, la relación ingreso-gasto se ha debilitado, asegura. De ese año a 2017 los pasivos de Pemex crecieron 2.5 veces al pasar de 1.39 billones de pesos a 3.38 billones.

Las transferencias que Pemex hace al gobierno reducen de manera sustancial sus recursos para invertir en exploración y desarrollo de campos, lo que provoca a su vez que continúe la producción de petróleo a la baja, asegura Fitch.

Es por ello que, la “fuerte carga fiscal” de Pemex es uno de los principales riesgos a su calificación de capacidad de pago de deuda, coinciden Fitch y Moody’s.

Una menor carga fiscal que permitiera a la petrolera tener mayor inversión de capital y con ello la perspectiva de una sólida tendencia de crecimiento de la producción, podría mejorar su calificación de capacidad de pago de deuda, asegura el dúo.

 

 

MÁS INFORMACIÓN: Fitch ratifica calificaciones de Pemex en AAA (mex) con perspectiva estable, 28 de junio de 2017.

MÁS INFORMACIÓN: Moody's afirma las calificaciones de PEMEX de Aa3 y Baa3, 27 de abril de 2017.

MÁS INFORMACIÓN: Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015 Dilemas y espacios de políticas, CEPAL, marzo 2015.

MÁS INFORMACIÓNInformación de finanzas públicas y deuda pública, enero-diciembre de 2016.

MÁS INFORMACIÓN: Producción de hidrocarburos líquidos, Pemex, mayo 2017.

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