Inicia la cuenta regresiva para que disminuya la calificación crediticia de México

A decir de los datos que revela el informe sobre finanzas y deuda pública de la secretaría de Hacienda las advertencias de las calificadoras fueron desoídas y el 10, 9, 8… ya puede comenzar a contarse.
8 Febrero, 2017 Actualizado el 10 de Febrero, a las 14:34
Una menor calificación se traduciría en créditos con tasas de interés más altas para México.
Una menor calificación se traduciría en créditos con tasas de interés más altas para México.
Arena Pública

Una disminución de la calificación de la capacidad de pago de México es cuestión de semanas o quizás de días.

Dos indicadores de que las finanzas de un país son sanas -la deuda y el gasto respecto de los ingresos- han empeorado paulatinamente durante la administración de Enrique Peña Nieto, con especial énfasis en 2016.

El año pasado tres agencias que califican la capacidad de pago de deuda de un país cambiaron de positiva a negativa la perspectiva de esa capacidad de pago, se trata de Standard & Poor's, Moody’s y Fich Ratings.

Las calificadoras advirtieron con puntualidad al secretario de Hacienda por lo menos tres aspectos: si la deuda pública seguía creciendo, si los gastos continuaban abriendo brecha con los ingresos y si las expectativas de crecimiento económico continuaban disminuyendo, reducirían la calificación de la capacidad de pago de México.

 

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A decir de los datos que revela el informe sobre finanzas y deuda pública de la secretaría de Hacienda las advertencias de las calificadoras fueron desoídas y el 10, 9, 8… ya puede comenzar a contarse.

 

Gastar más para rescatar a PEMEX

El año pasado la secretaría de Hacienda volvió a gastar más de lo que ingresó a las arcas públicas, por segundo año consecutivo el presupuesto registró un déficit mayor a los 502,850 millones de pesos, un monto cuatro veces mayor al presupuesto que se destinó al rubro de administración de la justicia el año pasado.

Las transferencias de la secretaría de Hacienda a las empresas productivas de Estado fueron lo que más hizo crecer el gasto en 2016.

El rubro del gasto llamado “inversión financiera y otros” donde se incluyeron dichas aportaciones creció 170% anual en 2016 al pasar de 163,436 millones de pesos en 2015 a 453,919 millones un año después.

El año pasado se erogaron 160,730 millones de pesos del presupuesto público en aportaciones patrimoniales para Petróleos Mexicanos; 161,080 millones para la Comisión Federal de Electricidad y 70 mil millones para el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios antes Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros.

 

Deuda en niveles de alarma

Mientras tanto la deuda del sector público, es decir, la suma de la deuda de las dependencias que integran al gobierno federal; las empresas de Estado PEMEX y CFE, así como los organismos de control IMSS e ISSSTE, entre otros, se incrementó 19% anual en 2016.

Esto es más de 1.5 billones de pesos que equivalen a un tercio del gasto público aprobado para 2017. La deuda del sector público se elevó desde 8.127 billones de pesos al cierre de 2015 hasta 9.652 billones a diciembre de un año después.

Si bien la deuda pública venía registrando una tendencia creciente desde el inicio de la administración de Enrique Peña en 2013, la fuerte depreciación de la moneda nacional frente al dólar en el último año fue uno de los principales motivos que la catapultó, ya que una parte de esta se cotiza en dólares pero se paga en pesos.

La moneda nacional se depreció 20% durante 2016, en diciembre de 2015 el tipo de cambio cerró a un promedio de 17 pesos por dólar y un año después el promedio se elevó a 20.5 pesos por dólar de acuerdo con el tipo de cambio FIX para grandes transacciones que registra el Banco de México.

La significativa depreciación del peso afectó también los intereses, comisiones y gastos derivados de la contratación de la deuda, el llamado costo financiero de la deuda creció 76,105 millones de pesos durante 2016 respecto del año anterior o 18%, ese monto es 1.2 veces mayor que el presupuesto que se destinó a ciencia, tecnología e innovación el año pasado.

 

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En suma la deuda total del sector público, es decir, la de sexenios atrás más la que se generó durante la presente administración pasó de representar el 45.7% del Producto Interno Bruto de México en 2015 al 48.4% en 2016.

La deuda del gobierno federal se encuentra en fase de alarma, "es preocupante” el aumento constante de la deuda que podría incrementarse hasta exceder el 40% del PIB por el bajo crecimiento económico y la presión que ejercen sobre las finanzas públicas los pasivos laborales de PEMEX, explicó el vicepresidente senior de análisis de Moody's, Jaime Reusche, durante la 17° conferencia anual de la calificadora en agosto de 2016.

 

Débil crecimiento de la economía 

La otra preocupación de las calificadoras de crédito es el débil progreso de la economía del país.

El crecimiento económico y el sostenido déficit fiscal -gastar más de lo que ingresa- dificultaran que el gobierno estabilice y reduzca gradualmente su deuda en los próximos tres años, sostuvo Standard & Poor's (S&P) en agosto de 2016.

La expectativa de crecimiento económico disminuyó paulatinamente a lo largo del año pasado. En diciembre de 2015 los analistas encuestados por el Banco de México pronosticaron que el Producto Interno Bruto -la suma de la producción de bienes y servicios de México en un año- aumentaría 2.7% al cierre de 2016, pero sólo avanzó 2.2% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Mientras menor sea el crecimiento económico de un país, menor será la generación de empleos y riqueza, por tanto la recaudación de impuestos, lo que a su vez se traduce en finanzas públicas más débiles.

 

10, 9, 8, 7…

Moody’s, ha sido el primero en poner el dedo sobre la llaga.

El analista soberano de Moody's Investors Service para México, Jaime Reusche, advirtió el 6 de febrero de 2017 que la deuda pública aumentó más de lo esperado el año pasado y que ello -aunado al débil crecimiento económico del país- podría añadir presiones a las finanzas públicas.

"El desempeño fiscal peor de lo esperado es negativo para México y pesa sobre su solvencia en medio de la debilidad de la actividad económica y el aumento de las tensiones con Estados Unidos, su principal socio comercial, luego de las elecciones presidenciales de ese país," señaló en una nota.

La calificadora esperaba que el déficit del gobierno federal se redujera a 2.5% del PIB durante 2016, lejos de la expectativa la brecha entre gastos e ingresos se incrementó a 2.9% del PIB el año pasado, en 2015 representaba 2.8%, apuntó la nota.

La disminución de la calificación que se asoma a la vuelta de la esquina no sólo será consecuencia de la administración de las finanzas públicas durante 2016, sino de una serie de decisiones tomadas desde el principio del actual sexenio que comenzaron cuando el secretario de Hacienda decidió romper con el déficit cero.

 

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Una menor calificación significaría -para las empresas que otorgan prestamos- que México tendría un mayor riesgo de pago y por ese mayor riesgo le otorgarían créditos a un precio -tasa de interés- más alto que a otras naciones con una mejor capacidad de pago.

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