Lluvias podrían aliviar alta inflación en el resto del año

Los impactos de la sequía en Norteamérica están incrementado los precios de los alimentos ante la baja producción agrícola en la región.
6 Julio, 2021 Actualizado el 6 de Julio, a las 20:22
La sequía afecta principalmente al norte del país. (Foto: Gobierno de México)
La sequía afecta principalmente al norte del país. (Foto: Gobierno de México)
Arena Pública

Los riesgos climatológicos actuales podrían extender el periodo de alta inflación que está viviendo el país y el mundo por encima de las primeras estimaciones de los bancos centrales.

Al interior del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) los productos que más se encarecieron durante los últimos meses son los alimentos, bebidas y tabaco que tan solo entre enero y mayo incrementaron su precio en 3.46% a un promedio mensual de 0.85%, más del doble que el de la inflación general. 

Los alimentos se han encarecido como producto de factores internos y externos. La recuperación de la demanda de alimentos ha presionado los precios de los cárnicos fuertemente al alza, principalmente desde China -primer importador mundial de carnes- impactando con fuerza particularmente al pollo.

Pero el impacto del clima está jugando un peso tan grande como el hambre del gigante asiático. Desde principios de abril, los efectos de la sequía estacional en América del Norte están mermando las cosechas de los productores agrícolas, principalmente del norte del país. 

El fenómeno está impactando además a la agricultura en California, industria con un valor de 50 mil millones de dólares (MMD), que produce dos tercios de las frutas y un tercio de todas las verduras que se cosechan en Estados Unidos, además de ser el mayor exportador de alimentos del país según su Departamento de Agricultura. 

Ante la escasez de agua los agricultores están negociando la suya en lugar de utilizarla para el riego, reportó el diario The New York Times por lo que la producción se está reduciendo en contracorriente al aumento de la demanda por la recuperación económica catalizada por el megapaquete fiscal aprobado por el Congreso a principios de año. 

Tanto en México como en los Estados Unidos el problema principal se encuentra en la sobreexplotación de las reservas hídricas. Según datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), de las 138 presas destinadas al uso agrícola, 95 se encuentran por debajo de la mitad de su capacidad y 45 de ellas incluso con menos del 20% a pesar de que las precipitaciones anuales solo fueron 3% menores a las del año pasado.

El papel estratégico del agua, no solo para consumo directo sino como requisito indispensable para la producción alimentaria, motivó al gobierno federal a destinar a la Fuerza Aérea la “siembra” de nubes con yoduro de plata en Sinaloa, Sonora y Chihuahua como medida para evitar mayores pérdidas de los cultivos, informó Reuters.

Persiste la inflación subyacente

Durante marzo, abril y mayo, el aumento de precios se debió principalmente al efecto aritmético de una baja base de comparación respecto al año anterior, cuando los precios cayeron ante un desplome de la demanda provocado por la crisis del coronavirus. 

Sin embargo, un nuevo repunte inflacionario en junio impulsado por el factor subyacente o básico puso en entredicho la transitoriedad inflacionaria esperada. Con 6.02%, el INPC se mantuvo por encima del rango objetivo de Banco de México (Banxico) por poco más del doble, lo que llevó a la sorpresiva decisión del banco central de elevar su Tasa de Fondeo Interbancario en 0.25 puntos. 

El subgobernador del Banxico, Jonathan Heath, explicó el viraje en la política monetaria en la preocupación del banco central por la persistencia de la inflación subyacente -de la que forman parte los alimentos- “Hay que recordar que la subyacente es un indicador de tendencia de mediano plazo de la inflación general”, comentó en su cuenta de twitter. 

La inflación básica, que no ha dejado de crecer desde noviembre de 2020 y que se aceleró desde febrero, alcanzó 4.37%, cifra que los analistas del sector privado consultados por el Banxico estiman que se mantendrá por lo menos hasta el cierre de este año.

Lluvias de julio y septiembre definirán destino de agricultura

La esperanza del fin de la sequía tiene nombre: el Monzón de Norteamérica. Este fenómeno anual no es más que el periodo de mayor precipitación de la temporada de lluvias en el subcontinente.

En México, los meses de julio y septiembre son los que acumulan entre el 50 y 80% de las precipitaciones de todo el año, por lo que el comportamiento climatológico de los próximos dos meses será crucial para determinar el comportamiento de la inflación durante el segundo semestre del año.

El monzón aparece de forma paralela y como consecuencia del inicio de la temporada de huracanes. Los ciclones tropicales no solo significan un riesgo de protección civil sino que traen consigo efectos benéficos como dos terceras partes del agua que cae sobre el país explicó Víctor Bourguett Ortiz, director general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México.

Actualmente cerca del 70% de México se ve afectado por la sequía, por lo que más de la mitad del país se encuentra a la expectativa de que las lluvias revivan el campo y traigan consigo la relajación del mercado de alimentos.