Inflación y fin del impulso pospandemia oscurecen la recuperación del mercado interno

La recuperación de la economía mexicana ha sido impulsada por las exportaciones, pero un débil mercado interior y la crisis en las cadenas de suministro podría dejar al país sin su salvavidas.
9 Noviembre, 2021 Actualizado el 9 de Noviembre, a las 04:03
Explanada del mercado Victoria durante la Semana del Comercio 2021 en Silao, Guanajuato (Foto: Ayuntamiento de Silao)
Explanada del mercado Victoria durante la Semana del Comercio 2021 en Silao, Guanajuato (Foto: Ayuntamiento de Silao)
Arena Pública

Al mercado interno no le está yendo nada bien. En agosto se cumplieron tres meses al hilo con caídas en el consumo y el panorama no da señales de que la situación mejorará.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el consumo del mercado interior, que mide el comportamiento del gasto realizado por los hogares residentes del país en bienes y servicios de consumo, cayó 0.6% respecto al mes inmediato anterior, ante una disminución total de sus subcomponentes. 

Las principales disminuciones se han dado en las compras de productos importados, que anteriormente eran los que más impulsaron al alza el indicador, si bien el consumo de bienes nacionales también cayó (-0.4%) así como el de servicios (-0.5%).

“Desde una perspectiva histórica, el retroceso del Consumo Privado Interno en agosto de 2021 (-0.6% m/m) lo puso en un nivel similar al de marzo 2017”, comparó en su cuenta de Twitter Julio Santaella, presidente del Inegi. 

El indicador del Inegi es reportado mensualmente con un retraso de dos meses por lo que a pesar que el comportamiento en julio y agosto puede estar explicado en parte por los efectos de la tercera ola de COVID 19 en el país, otros indicadores como el Indicador de Consumo de BBVA Research -que informa el comportamiento del mes anterior a su publicación- informan que octubre volvió a ser un mes de contracción con un resultado -0.6% menor al de septiembre. 

El reporte de BBVA advierte además que desde que el consumo entró en una tendencia decreciente en junio no se ha levantado pese a que en septiembre hubo un pequeño incremento atribuible al efecto del “regreso a clases”.

La recuperación del mercado interior mexicano ha dependido de manera fundamental de la recuperación del nivel de ingresos de las familias que pasa -necesariamente- por la recuperación del mercado laboral.

Si bien para el mes de agosto casi la totalidad de los trabajos perdidos durante la pandemia ya se habían recuperado, no solo lo hicieron bajo peores condiciones salariales, sino también frente a una inflación más alta.

Para el grupo de análisis financiero de Banorte el resultado de agosto no solo fue derivado del empeoramiento de las condiciones epidemiológicas sino que también respondieron a “un impacto adicional de las presiones en precios, impactando de manera importante al consumo real”, pues la inflación en ese mes fue de 5.59% mientras que a la primera quincena de octubre ya alcanzaba 6.12%.

Solo los alimentos -que según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2020 constituyen el 38% del gasto de los mexicanos- han subido 8.75% en sus precios respecto a septiembre del 2020, incremento que para algunos casos como la carne -que representa el 22.9% del gasto en alimentos- asciende a 10.92%.

Según la encuesta “Hábitos de consumo”, levantada por la Asociación Mexicana de Pequeños Comerciantes (Anpec), el consumo de los mexicanos ha caído en 47% para el caso de los embutidos, 43% para los cárnicos y 35% para los enlatados.

“Hemos visto que las familias mexicanas ya consumen solo lo necesario y van al día, adiós a la compra de la despensa para mínimo toda la semana. Eso ha provocado que su ticket de compra promedio sea menor y por lo tanto los ingresos de los comercios caigan. Tenemos una disminución en las ventas de entre 15% y 30%” declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de la organización. 

Débil consumo interno empantana recuperación económica

Si el lento ritmo de la recuperación de la demanda interna, aún 3.6% por debajo de su nivel pre pandemia no era suficiente, este podría volverse aún más lento retrasando la recuperación de la economía.

La mayor desaceleración podría darse debido a que los analistas esperan que el impulso de los megapaquetes fiscales de Estados Unidos y los apoyos al desempleo -que impulsaron las remesas a niveles históricos en este años- comiencen a moderarse como ya comenzó a suceder durante septiembre cuando tuvieron una caída considerable de -7.17%, luego de siete meses de incrementos prácticamente consecutivos.

“Las remesas que se reciben del exterior han ayudado al consumo privado de México, pero no es suficiente para impulsarlo hacia una completa recuperación”, comentó en un tweet Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base. Pero, además, un menor ritmo de recuperación del consumo interno también aumenta la vulnerabilidad de la economía frente a lo que suceda globalmente. 

Durante el tercer trimestre del año, el sector manufacturero presentó importantes complicaciones en especial en la industria automotriz, cuyo valor en las exportaciones a Estados Unidos asciende a más de tres cuartos del total y contribuye con tres puntos al PIB nacional, debido a la escasez de semiconductores. 

Estas últimas son algunas de las principales razones detrás del recorte de expectativas económicas en las últimas encuestas tanto de Citibanamex como de Banxico que esperan un crecimiento anual 2021 de 6.0% en ambos sondeos y de 2.9% y 2.5%, respectivamente, para 2022, ante el pronóstico de que la crisis no verá su fin hasta por lo menos mediados del próximo año.

El pronóstico es preocupante, no solo por el valor del intercambio comercial con Estados Unidos, sino porque el sector que durante todo el periodo de rebote económico fue el “salvavidas” de la economía, ahora queda a merced de lo que suceda con las cadenas globales de suministro.