Crecimiento económico del país en manos de los compradores estadounidenses
La gran mayoría de pronósticos de los economistas, fuera del gobierno, esperan un crecimiento económico menor al 2% para este año; pero, ante la ausencia de resortes internos, todo dependerá de cuánto crecerán las compras desde Estados Unidos.
En estos dos últimos días el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujeron sus pronósticos para la economía mexicana de 2.1% a 1.7% y de 2.3% a 1.9%, respectivamente.
Ya la mayor parte de las previsiones de los economistas del sector privado en el país se encuentran alrededor de ese rango. En la más reciente encuesta que publicó Citibanamex, el 7 de junio, el 71% de los encuestados esperan un crecimiento de 1.9% o menor.
El desglose de las previsiones es contundente: el 47% de los encuestados (16 de 34) pronostican un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.6% a 1.9% para este año, 29% (10) prevén un crecimiento entre 2.0 y 2.2%, y 24% (8) ven un crecimiento menor a 1.5%. La mediana de la encuesta es 1.8%, que se ha mantenido desde hace un mes, aunque ésta se ha reducido paulatinamente desde el 2.8% con la que inició el año.
Mientras que los economistas del sector público del país han sido menos pesimistas en sus previsiones. El 1 de junio pasado el Banco de México redujo su pronóstico de crecimiento puntual de 2.4% a 2.2%, con un rango amplio de 1.6% a 2.8%. En la revisión, el banco central redujo el límite máximo del rango, de 3.2% a 2.8%. Y por su parte el Gobierno Federal ha mantenido su estimación en 3.4% para el año, desde el 1 de abril cuando Hacienda la redujo desde 4.1%.
Los resultados de la actividad económica en los primeros cuatro meses del año no han sido lo malos que se esperaban. En el primer trimestre del año la economía mexicana creció 1.8% a tasa anual, y 1.0% a tasa intertrimestral, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por un mayor dinamismo en los servicios y en las manufacturas; mejores datos a los esperados por buena parte de los analistas.
Para abril, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica estimó un avance del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), una especie de PIB adelantado, de 1.83% a tasa anual; mejor al 0.5% de marzo. Si esta estimación se confirma, en el primer cuatrimestre la economía mexicana habría crecido 1.7% a tasa anual.
Los analistas coinciden en que las revisiones recientes a la baja para el crecimiento económico en el país responden, principalmente, a las expectativas de un menor crecimiento mundial, derivado de las consecuencias económicas de la ya larga invasión rusa a Ucrania, el rebrote de la pandemia en centros industriales de China, la mayor astringencia monetaria, las fuertes alzas de las tasas de interés en el mundo que afectarán el crédito; y una débil inversión en la economía producto de la desconfianza empresarial.
Para Alonso Cervera, economista en jefe para América Latina de Credit Suisse, "ya tocaron fondo los pronósticos de crecimiento del consenso", entrevistado por El Financiero.
De hecho, en la más reciente encuesta del banco central entre los expertos del sector privado publicado el 1 de junio, la mediana de las expectivas para el crecimiento económico a tasa anual en el segundo trimestre es de 1.19% (con un avance de 19 pp respecto de la encuesta de abril, y que ya recoge el dato de Inegi al primer trimestre del año) y de 2.05% para el tercer y cuarto trimestres del año (con un ligero retroceso respecto de la encuesta de abril).
Atentos a la evolución de EU
Dada la estrecha relación del comportamiento de la actividad manufacturera de EU con las exportaciones mexicanas y el impacto de ésta en la economía nacional, la evolución de la primera será importante. Ya el BM revisó su pronóstico a la baja para el crecimiento de la economía de EU, de 3.7% a 2.5% para este año.
Si bien la mayoría de los pronósticos para el crecimiento del PIB mexicano ya se encuadran en un rango de 1.6% a 1.9%, el desempeño en los próximos meses estará determinado por el grado de desaceleración en las manufacturas y el consumo estadounidense, ante los débiles resortes internos.
Así, el reporte de la caída de las importaciones estadounidenses de (-)3.4% intermensual en abril levantó las cejas de los analistas en señal de una moderación interna de la demanda de bienes y materiales extranjeros; a pesar de que la demanda de bienes y servicios de los consumidores aumentó 0.9% en abril con todo y una alta inflación.
Los datos de las exportaciones mexicanas no petroleras a Estados Unidos, si bien muestran tasas de crecimiento decrecientes en los primeros meses del año (+24.7% a tasa anual en febrero, +18.7% en marzo, y +14.8% en abril), han seguido mostrando fortaleza y particularmente en las exportaciones no automotrices que en abril crecieron 16.5% a tasa anual. Así que es probable que las menores importaciones estadounidenses estén afectando menos a México, que a otros socios comerciales como China.
El dato a mayo del indicador de actividad manufacturera en Estados Unidos (EU) del Institute for Supply Managment creció inesperadamente a 56.1 desde 55.4 en abril. Los pronósticos de los encuestados por Bloomberg eran de 54.5. Fue el crecimiento de nuevos pedidos lo que elevó el índice. Así que mayo puede ser aún un buen mes para las exportaciones mexicanas que son el pivote de la recuperación económica del país.
Las preguntas sobre el crecimiento mexicano hacia adelante vuelven a centrarse en el dinamismo futuro de las importaciones estadounidenses ante un consumo en aquel país que va en declive.
