Cuauhtémoc Blanco, el último gran ídolo

Es difícil encontrar un futbolista mexicano que haya contagiado tanto a la afición como Cuauhtémoc Blanco
18 Enero, 2019
Blanco le marcó a Bélgica, Croacia y Francia en Copas del Mundo.
Tiempo extra

Cuauhtémoc Blanco es sin lugar a dudas uno de los mejores referentes del futbol mexicano en toda su historia, para muchos el futbolista más importante que se ha enfundado en la casaca del ‘Tri’. Su futbol y sobretodo su mentalidad, hicieron de ‘Cuau’ un auténtico ídolo de la afición mexicana.

Los 24 años de carrera de Blanco fueron extraordinarios en todas sus etapas. Fue un futbolista que probablemente no alcanzó su techo debido a las lesiones, en concreto la del ligamento cruzado de la rodilla derecha. Aquella entrada del trinitario Ansile Elcock, detuvo el crecimiento de Cuauhtémoc en el futbol español, no sin antes regalarnos un golazo de falta directa en el Santiago Bernabéu, con la elástica del Valladolid.

En la Copa del Mundo de Francia, comenzó a forjar su leyenda con la selección mexicana. ‘Cuau’ era ese jugador que marcaba un golazo como el que le hace a Bélgica con un remate espectacular y que ante los ojos de todo el mundo se inventa la ‘cuauhteminha’ para quitarse a dos defensores coreanos de encima. Regate que surgió en Tlatilco, cuando Blanco era niño y sacaba la pelota de esa manera al atorarse en una coladera que se encontraba en la cancha de concreto.

Su futbol no solamente mareaba a los rivales, sino que los sacaba de quicio. Sin importar la magnitud del rival o del escenario, Cuauhtémoc era capaz de desesperar a los contrarios con o sin la pelota en los pies.

Tras marcar el gol que a la postre sería del título en la Copa Confederaciones de 1999, la selección brasileña con futbolistas como Ronaldinho, Zé Roberto y Emerson se salió totalmente del partido debido a las acciones de Blanco. Primero llegó el golazo que definió el partido, pisada de derecha y con parte interna al “rinconcito”. El festejo (especialidad de la casa) con jarabe tapatío incluido y fueron 30 minutos en los que la ‘canarinha’ no podía con Blanco, cubría la pelota, se encaraba, los tenía totalmente dominados.

Cuauhtémoc Blanco se convirtió en el máximo referente del América, el club más amado y más odiado de nuestro país. Sin embargo, cuando se ponía la verde se convertía en el ídolo de todos. Todas esas actitudes que disgustaban al que no es aficionado de las águilas, se convertían en carisma cuando jugaba con el ‘Tri’, ese carisma único del ‘Cuau’.

Fueron 24 años de carrera, tres goles en Copas del Mundo, todos de suma importancia para acceder a la siguiente ronda, 120 encuentros con el ‘Tri’, tres títulos con selección y seis más a nivel de clubes. Incontables ‘taquitos, ‘cuauhteminhas’, un zape a Faitelson, controles con la espalda (joroba), festejos únicos y en general un futbol lleno de talento traducido en magia.

Los números de ‘Cuau’ son de locura, sin embargo, los ídolos se hacen por su conexión con la gente, lo que producen con su futbol, el liderazgo y sobretodo el carisma. Es por ello que Cuauhtémoc Blanco es el último gran ídolo de nuestro futbol.

 

Alonso Revilla Alonso Revilla Apasionado de los deportes, estudiante de Negocios Internacionales en la Ibero, comentarista en EXA 95.5 Querétaro y colaborador en donbalon.com