La creación de empleos: ¿cantidad vs. calidad?

Un estudio recientemente publicado por la OCDE proporciona nuevos elementos de análisis para dicho dilema.
28 Junio, 2017

En los cinco primeros meses del año el número de afiliados al IMSS aumentó en 431,201 trabajadores, cifra 15.4% mayor a la registrada en el mismo lapso de 2016 y la más elevada para un período similar desde el año 2000.

Durante la actual administración el total de trabajadores afiliados al IMSS se ha incrementado en casi 3 millones (2,976,782).  

No obstante que una parte de este aumento del empleo formal se ha debido a la implementación del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF) desde 2014, la cifra es indudablemente muy buena.

Aunque los trabajadores formalizados con el RIF ya se encontraban ocupados, es positivo que tengan ahora acceso a la seguridad social y sus empleadores gradualmente irán contribuyendo a su financiamiento y con sus obligaciones fiscales.     

 

Durante la actual administración el total de trabajadores afiliados al IMSS se ha incrementado en casi 3 millones.

 

Por otra parte, los datos del INEGI sobre la tasa de desocupación (formal e informal) también muestran una evolución favorable.

En abril pasado registraron la tasa más baja desde 2006 (4.1% de la población económicamente activa), observándose una mejoría consistente del mercado laboral durante los últimos dos años y medio.

En este contexto, llama la atención que a pesar del buen desempeño del mercado laboral, la percepción de una parte importante de la población sobre la situación económica del país en general, y del empleo en particular, continúe siendo negativa.

Por ejemplo, en la encuesta más reciente de Consulta Mitofsky (mayo), la “Crisis económica” es considerada como el segundo problema más importante del país después de la “Inseguridad”, con 20.4% y 23.7% de las respuestas, respectivamente.

Y, en particular, el “Desempleo” se situó como el cuarto problema más importante (la “Corrupción” fue el tercero), con 9.7% de las respuestas, si bien este porcentaje ha disminuido a lo largo del sexenio.   

 

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De manera similar, en la encuesta trimestral de GEA-ISA (junio), los “Problemas Económicos” ocupan el segundo lugar dentro de los principales problemas que del país (“Seguridad” es el primero), el 69% de la población considera que el país está en “Crisis Económica” y el 43% opinó que la situación económica actual es peor que hace un año.

Por lo anterior, resulta importante tratar de entender esta aparente contradicción entre la evolución positiva del mercado laboral y la percepción negativa de la población. ¿Es solamente un problema de “percepción” o existen otros factores que explican el sentir de la población?

 

Es necesario un marco analítico que vaya más allá de la evolución agregada de las cifras de empleo y  desempleo

 

Generar más empleos no basta

Un estudio recientemente publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proporciona nuevos elementos de análisis que permiten explicar dicha contradicción.

Este trabajo señala que, a pesar de la mejoría que ha tenido el empleo en los países miembros de la organización, incluido México, “no todos los segmentos de la sociedad se han beneficiado de esta recuperación”, por lo que “es necesario un marco analítico que vaya más allá de la evolución agregada de las cifras de empleo y  desempleo”.

Para ello, el estudio desarrolla tres indicadores para evaluar el desempeño de los mercados laborales, poniendo especial énfasis en la calidad de los empleos generados y en las desigualdades de sus ingresos, tanto en términos absolutos como entre los distintos grupos sociales (jóvenes, personas mayores, discapacitados, entre otros).

 

Los trabajadores mexicanos ganan poco y trabajan más horas en comparación con trabajadores de otros países. 

 

En el caso de México, estos indicadores muestran una situación mucho menos positiva. Dentro de los 35 países miembros de la OCDE, nuestro país ocupa el peor lugar en sus salarios promedio ajustados por el grado de su desigualdad; se ubica en el 4º lugar por el mayor número de horas trabajadas por semana y es el lugar 27 en el porcentaje de los trabajadores que tienen ingresos inferiores a la mitad del promedio vigente en el país.

En especial, este último indicador muestra que el 13.9% de los trabajadores mexicanos tiene un ingreso de menos de la mitad de la mediana del ingreso disponible de los hogares, en comparación con el 10.6% del conjunto de los países de la OCDE.

Es decir, los trabajadores mexicanos ganan, en promedio, poco; un porcentaje importante tiene ingresos muy por debajo del promedio general; y, trabajan más horas que la mayoría de los otros países. En consecuencia, de acuerdo con este estudio la calidad del empleo en México es de las más bajas dentro de la OCDE.

 

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La evolución reciente del empleo y los salarios

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el INEGI corrobora los resultados del estudio de la OCDE.

Durante esta administración (2013-1er.trimestre de 2017), el número total de personas ocupadas (formales e informales) aumentó en 2,783,269, lo que significó, en promedio, alrededor de 696 mil personas ocupadas adicionales cada año.

Sin embargo, si se consideran los niveles de ingreso de las ocupaciones generadas en el sexenio los resultados son muy desfavorables.

En primer lugar, porque estas nuevas ocupaciones se dieron sólo en los niveles de ingreso hasta 3 salarios mínimos (equivalentes en 2017 a 6,003 pesos mensuales).

De hecho, en este rango de ingresos la ocupación aumentó en casi 4.5 millones de personas; sin embargo, para los niveles de 3 salarios mínimos o más, hubo una disminución neta de personas ocupadas de poco más de 2 millones (Ver Gráfica).  

 

 

Esto significa que, a pesar de que se haya generado una cantidad importante de nuevos empleos/ocupaciones, éstos fueron en los niveles de ingresos más bajos.

Incluso es probable que algunos de los trabajadores ocupados con mayores ingresos hayan pasado a los rangos inferiores de ingreso.

En segundo lugar, esto significó un empeoramiento en la desigualdad de ingresos entre los trabajadores ocupados; y, en tercer lugar, porque dados los niveles de ingreso de las ocupaciones generadas, existirán muy pocos incentivos para que disminuya la informalidad.

De hecho, en este lapso el número de personas en la informalidad aumentó en cerca de medio millón de personas (477,774), a pesar de las que se incorporaron en el RIF.

En conclusión, el estudio de la OCDE y las cifras del INEGI sobre la evolución del empleo y sus niveles de ingreso permiten entender de manera más clara una de las razones del malestar que persiste en una parte importante de la población con respecto a la situación económica y del empleo en el país.

 

 

Oscar Vera Oscar Vera Doctor en Economía con especialidad en Finanzas Públicas por la Universidad de York, en Inglaterra. Director general de Asesoría y Estrategia Económica, S.C. Director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) entre 1991 y 1996. Economista en Jefe para México y América Latina de Deutsche Bank entre 1996 y 1999. Funcionario de las secretarías de Programación y Presupuesto y de Energía, Minas e Industrias Paraestatales entre 1981 y 1984.