El Consejo Fiscal: ¿Otra mampara?

22 Agosto, 2017

Las instituciones mexicanas son muy débiles, esa es una verdad de Perogrullo.

Cuando despertamos y nos encontramos con esa realidad, nos dimos a la tarea que cualquier falla de éstas se resolvía reformando, redactando y aprobando más leyes. Cuando éstas no funcionaron, dependiendo la problemática, se instituyeron fiscalías especiales. Posteriormente, ya más reciente, la postración de las instituciones la tratamos de resolver con la creación de órganos autónomos.

Algunas -pocas- leyes, fiscalías especiales y órganos autónomos han funcionado. Pero cuando alguna trabaja, queremos resolver todo con la misma fórmula. Me concentraré en la “moda” actual de organismos independientes.

El entonces IFE -hoy INE- ha sido fundamental en la vida democrática del país, y a pesar de que ha sufrido embates, todavía posee credibilidad entre la población en general; el Banco de México, el primer órgano independiente de la época moderna, ha funcionado razonablemente bien -también con algunas fallas de origen. El resto han sido desarrollados como “organismos mampara1", es decir, sin dientes, e incluso han sido cooptados por los propios gobiernos. No tiene caso reseñarlos.

El problema es que a la creación de órganos autónomos se les ve como la solución a problemas más estructurales como lo es un sector público y una democracia disfuncionales. Y eso no se le puede pedir a las instituciones independientes.

 

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Dicho esto, permítaseme referirme al Consejo Fiscal que se ha propuesto (principalmente por el FMI) recientemente. Este tipo de Consejos independientes se crean con el fin de evaluar la política fiscal del país. En otros países, proveen evaluaciones ex ante y ex post de la política fiscal y de la sostenibilidad fiscal a largo plazo. Sin embargo, no tienen autoridad para tomar decisiones sobre la política fiscal, sino que emiten recomendaciones basadas en proyecciones, estudios o evaluaciones de las políticas fiscales de los gobiernos.

Esta propuesta es, nuevamente, reactiva a una situación específica, esto es, como consecuencia de los elevados niveles de deuda pública observados en los últimos años. Se argumenta que se mejoraría: rendición de cuentas; la disciplina fiscal (debido a la evaluación objetiva); la credibilidad del marco fiscal; y, la información para la opinión pública sobre la política fiscal.

 

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) fue creado en 1999 como órgano técnico en materia fiscal.

 

Más aún, se habla de que en algunos países ha sido muy exitoso: Bélgica, Canadá, Hungría, Corea del Sur, Suecia y Estados Unidos. Todos estos países parten de democracias sólidas y de un sector público funcional (tal vez con Hungría en menor medida).

Vayamos por partes. Primero, en México hay un conjunto de leyes e instituciones que en principio deben evitar el sobreendeudamiento (basándose por supuesto en la sostenibilidad fiscal):

  1. El Congreso de la Unión; sin embargo, éste ha permitido el sobreendeudamiento. Carece de credibilidad al respecto.
  2. Se cuenta con la ley de presupuesto y responsabilidad hacendaria. Ésta se publicó a inicios de 2006. Ahí se señala que no es posible el sobreendeudamiento y, basada en la Constitución, que el destino de la deuda debe ir a infraestructura. El sobreendeudamiento ha ocurrido y la deuda se ha utilizado solo en parte para construcción de infraestructura, violando la propia ley.
  3. Se argumenta que el Congreso no cuenta con la profesionalización para poder determinarlo. Pues bien, en 1999 se creó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) como órgano técnico en materia fiscal de la Cámara de Diputados. Esta instancia se creó tratando de emular el Congressional Budget Office (CBO) de EU. El centro es una mampara pues ni siquiera ha realizado estudios serios y formales públicos, con las metodologías modernas, que hayan advertido la insostenibilidad fiscal. Curiosamente el estudio del FMI hace referencia al CBO como uno de las instituciones exitosas. Pues bien, en México ya se creó y no funcionó, y al ser del Congreso, es supuestamente autónomo.
  4. La auditoría superior de la federación se encarga de fiscalizar la aplicación de los recursos, y es muy mediática cuando los da a conocer. La calidad del gasto sigue en picada.
  5. Dentro de la sociedad civil, hay varias ONGs y Think Tanks, que ya realizan la labor. Más aún, las calificadoras de riesgo, tan cuestionadas, también debieran alertar sobre el sobreendeudamiento. Y sucedió…..
  6. Finalmente, los organismos internacionales evalúan al país en la materia. Y ha sucedido…..

 

En suma, con todo y estas seis instancias, el país se sobre-endeudó y no invirtió el 100% de los recursos en infraestructura (violando la Constitución). ¿Lo hará mejor un Consejo Fiscal que solo evaluará la política fiscal y emitirá recomendaciones? ¿No es esa la labor del CEFP? ¿No lo alertaron los organismos internacionales, think tanks y calificadoras?

En cuanto a información fiscal, ¿no es el INAI -otro autónomo- el que debe forzar a que contemos con toda la información fiscal?

 

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Vuelvo a recordar que Bélgica, Canadá, Hungría, Corea del Sur, Suecia y Estados Unidos, que cuentan con una institución parecida (insisto tomaron el CBO gringo como una de ellas, y México ya lo emuló, entonces no veo la diferencia), son países que poseen democracias sólidas y un sector público funcional.

Es decir, parece que para que funcione el Consejo Fiscal en México necesitamos primero una democracia sólida y un sector público funcional. Sin este prerrequisito, no veo porqué va a funcionar en nuestro país. Más aún, insisto que ya lo tenemos en la figura del CEFP. Que no funcione y lo hayamos introducido como institución mampara, es precisamente porque somos disfuncionales.

Si con crear instituciones autónomas bastara para arreglar disfuncionalidades, propondría un Ejecutivo Federal Autónomo del Legislativo (jeje).

 

[1] El economista Fernando Fajnzylber (QEPD), chileno, solía decir que en México ponemos instituciones mampara al estilo de las películas del cine de oro mexicano: para fingir que las tenemos. Simulaciones, nuestra especialidad.

Fausto Hernández Trillo Fausto Hernández Trillo Investigador y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Experto en finanzas públicas, macroeconomía y sistema financiero. Investigador Nacional Nivel III. Doctor en Economía por la Universidad Estatal de Ohio, EU, y profesor visitante en universidades de México y Estados Unidos. Autor de 3 libros y de decenas de artículos académicos. Conferencista y consultor de organismos internacionales y del gobierno mexicano y galardonado con el Premio de Economía Latinoamericana "Daniel Cosío Villegas".