Elecciones intermedias: las otras cuentas

Tras el proceso electoral del pasado 7 de junio, los diferentes actores políticos involucrados han salido a la palestra a anunciar sus enormes ganancias y sus mínimas pérdidas.
22 Junio, 2015
Recursos Públicos

@erevillamx

 

Tras el proceso electoral del pasado 7 de junio, los diferentes actores políticos involucrados han salido a la palestra a anunciar sus enormes ganancias y sus mínimas pérdidas. Hemos escuchado a autoridades electorales, a analistas, a anulistas y a diversos personajes aspirando, desde ya, a una candidatura por la presidencia de la república bajo una fórmula independiente.

La numeralia post-electoral y sus distintas lecturas resultan interminables y, por lo mismo, no abonaría en este espacio con un punto de vista que muy poco puede ya aportar.

Sin embargo, en el tema del conteo, no hemos escuchado a nadie que nos haga estas otras cuentas sobre lo que costó –a esta subespecie de votantes llamados contribuyentes- las llamadas elecciones intermedias. Veamos.

1.- Como resultado del Pacto por México (¡que vaya que pasó factura electoral al PAN y al PRD!), el IFE se convirtió en INE. Este cuestionado cambio probó su ineficiencia en Colima, en la que pudimos ver que al instituto estatal y al nacional asignándose las culpas por las inconsistencias de los resultados. Y no sólo Colima. La ineficacia del INE provocó que pasáramos de un país de meros conflictos electorales a uno de conflictos pre-electorales también. Ni el silencio (casi cómplice) de intelectuales e investigadores salvan a Lorenzo Córdova de un tristísimo papel. El puro episodio entre la jefatura chichimeca y el honorario a Rigoberta Menchú como observadora, dan para algo más que una disculpa pública. ¿Qué habría opinado la intelectualidad nacional si la ilegal grabación tuviera como protagonista al dirigente de cualquier partido político?

Pues bien, el presupuesto para el INE fue de 18,572 millones de pesos. Esta cantidad incluye parte de lo que los partidos políticos administran para las campañas (otra parte les llega por el Congreso). Afortunadamente, como nos explicara el consejero Murayama, este presupuesto es el más alto que se recuerde, pues incluye partidas para comprar oficinas en lugar de rentarlas. También, afortunadamente, ya no tendrá que financiarse al Partido del Trabajo y al Frente Humanista.

2.- El Tribunal Electoral (TEPJF antes TRIFE), órgano encargado de calificar las elecciones y de pagar pensiones cercanas a los 100 millones por magistrado que se jubile, tuvo asignado para este año electoral un presupuesto de 3,062 millones de pesos. Nada mal.

3.- Los tiempos fiscales permitieron, según el INE, 2,997 horas con 15 minutos de propaganda electoral en radio y televisión para que la audiencia pudiéramos disfrutar de 41,148 anuncios malos, vacíos e insulsos. Este tiempo es cubierto por las radiodifusoras en pago de un impuesto que la Ley de Ingresos de 2015 estimó en 2,740 millones de pesos.

4.- La FEPADE, la fiscalía de la PGR que sanciona delitos electorales (lo que no incluye la treintena de asesinatos que arrojaron las campañas) tuvo un presupuesto de 152 millones de pesos.

Hagamos ahora la cuenta: INE, partidos, candidatos independientes, TEPJF, FEPADE y tiempos fiscales/electorales costaron este año 24,526 millones de pesos. Dado el nivel de abstencionismo, en que votó la mitad del padrón (42 millones) el costo por voto fue de 583 pesos, poco más de los 11 centavos estimados por el INE. No más financiamiento público a campañas.

Eduardo Revilla Eduardo Revilla Abogado por la Escuela Libre de Derecho. Socio de Revilla y Álvarez Alcalá, S.C. Fue Director General de Asuntos Fiscales Internacionales de la SHCP y representó a la dependencia en foros y organismos internacionales. Actualmente es profesor de Derecho Fiscal en el ITAM. Es miembro de la International Fiscal Association.