Nuevos partidos políticos: ¿nuevos impuestos?

25 Julio, 2014
Recursos Públicos

El proceso de democratización de nuestro país en los últimos treinta años, implicó una serie de medidas y gastos que tuvieron como propósito emparejar ‘por la fuerza’ las condiciones de competencia con el PRI y generar instituciones e instrumentos que evitaran fraudes electorales.

Y claro está, esto ha permitido escenarios de alternancia en los tres niveles de gobierno y mayor equilibrio en cuerpos legislativos, pero también una costosa partidocracia administradora de extraordinarios negocios sujetos a una rendición de cuentas ridícula.

En muchos países –incluyendo un número importante de naciones latinoamericanas- se puede acudir a las urnas con cualquier identificación. Para habitantes de otras latitudes les resulta increíble saber que en México se requiere de una credencial específicamente para tal efecto. Sin embargo, lo más sorprendente no es el conocer que la nueva credencialización del INE (antes IFE) tendrá un costo de 20 mil millones de pesos, sino que el anuncio por parte de sonrientes consejeros no genere reacción alguna.

La transferencia de recursos de los contribuyentes a los partidos políticos parece no tener fin, pues para ello, basta que los propios partidos políticos asignen en el presupuesto estas partidas para que aparezcan en sus tesorerías el año entrante. Los incrementos impositivos se han mantenido constantes en los últimos 8 años, plazo en el que el Ejecutivo y el Congreso han contado –en los hechos- con la anuencia de los tribunales para que los contribuyentes no puedan impugnar efectivamente las alzas impositivas y ahora, ni siquiera, puedan cuestionar el derroche presupuestal, pues parece ser que no tienen un interés legítimo para hacerlo.

Y es en este entorno -en el que el INE gastará casi 12 mil millones de pesos este año no electoral- que el flamante instituto da vida a tres nuevos partidos políticos: Encuentro Social (PES), Frente Humanista (PFH) y Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), organismos que contarán, desde ahora, con recursos proporcionados por el propio INE.

Cuestionado sobre el costo que implica para los ciudadanos el contar con nuevos partidos, Ignacio Irys, líder del PFH, señaló que “eso es un mito”, pues el mismo dinero se reparte entre más partidos, para rematar diciendo: “¿Qué otra manera existe para que tengamos un sistema democrático? ¿Te gustaría que nos patrocinara el narco?”.

Para contestarle a don Ignacio, baste decir que las partidas presupuestales por el menoscabo que implica compartir el pastel con los nuevos partidos ya implicó un ajuste de 1,300 millones de pesos para 2015. En sistemas democráticos más sofisticados, los partidos políticos se mantienen con aportaciones de sus miembros o de sus simpatizantes (entre los que obviamente no puede estar el narco). La locuacidad de don Ignacio es una expresión más que nos anuncia que debe acabar el financiamiento público a los partidos sin condicionamiento alguno.

Para cuando el partido del señor Irys desaparezca en unos años más, desaparecerán con él cientos de millones de pesos aportados por ciudadanos que no sufragaron por su partido, así como diversas cuentas que jamás se aclararán.

Cuando la ciudadanía es rehén de una partidocracia ineficiente, corrupta y costosa, las instituciones que de ella dependen habrán de resquebrajarse irremediablemente. No estiremos más esa liga.

@erevillamx

Eduardo Revilla Eduardo Revilla Abogado por la Escuela Libre de Derecho. Socio de Revilla y Álvarez Alcalá, S.C. Fue Director General de Asuntos Fiscales Internacionales de la SHCP y representó a la dependencia en foros y organismos internacionales. Actualmente es profesor de Derecho Fiscal en el ITAM. Es miembro de la International Fiscal Association.