Trump volverá a golpear a los mercados

Pensar que Trump tiene buen corazón y que está dispuesto a “repartir el pastel” del TLCAN de manera equitativa y generosa es como creer que Santa Clos todavía existe
8 Mayo, 2017

“Quien no lo conoce, que lo compre”, dice un viejo refrán de mi pueblo, el cual puede aplicarse a la ya revelada actitud del presidente Trump, particularmente en torno a su retórica contra México.

De tal forma que es bastante ingenuo creer que el señor haya cambiado su forma de pensar con respecto al país. Por lo que sus andanadas ni se han ido ni se han debilitado, y volverán a golpear a los mercados mexicanos.

Después de su agresividad antimexicana durante la campaña política y de prometer no hablar en público sobre el muro,­­ siendo ya presidente, Trump ha repetido en más de una vez que “de una u otra forma México pagará por el muro”.

 

Donald Trump, Presidente de los Estados Unidos

 

De hecho, después de una corta pausa––que hizo pensar a muchos que ya se había apagado y que el panorama para México se había despejado, se filtró que ya tenía preparada una orden ejecutiva para retirarse del TLCAN.

Más recientemente dio evidencia de que “quien manda es el presidente y todos los demás son sus asistentes”, al revelarse que su gobierno prefiere tratados bilaterales y no un nuevo TLCAN.

Todo esto confirma no solo que Trump no ha cambiado con respecto a México sino también que su retórica no se ha debilitado sino solo pausado. Es decir, la retórica Trumpista solo se ha moderado pero no se ha fatigado.

Esa “pausa refrescante” es precisamente lo que ha engañado a los mercados ingenuos.

Sin embargo, un sorpresivo ataque puede tener un poder desestabilizador mayor, precisamente por su carácter inesperado.

 

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De hecho, durante los dos últimos meses ha revelado un aspecto importante de su estrategia, la cual tiene cierta similitud con la de un boxeador que puede no tener técnica pero si un gran pegue.

Pensar que Trump tiene buen corazón y que está dispuesto a “repartir el pastel” del TLCAN de manera equitativa y generosa es como creer que Santa Clos todavía existe.

Trump es un empresario con la filosofía de hacer negocios rentables anteponiendo el interés propio, de allí su slogan de “América First”. Quien crea lo contrario, está equivocado.

Para Trump, México es un adversario en materia comercial y de inversiones y un vecino que según él le ha robado empleos a los estadounidenses, además de haberle llenado la casa de inmigrantes desempleados.

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Por eso quiere levantar el muro fronterizo y renegociar o en su caso reducir el TLCAN para quedarse con la mejor tajada.

Al ver a México de esa manera, su estrategia ahora parece ser como la del boxeador: apaciguarse un poco para que el adversario baje la guardia, y enseguida contra-atacar nuevamente.

Trump ya demostró que el factor sorpresa le da un gran “punch” y que su carácter volátil puede poner a temblar a más de uno y movilizar equipos de negociadores, y que al final del dia los puede apaciguar con un solo “they are great, I love them, we can make a good deal”.

Esa doble personalidad es lo que lo hace más desestabilizador, porque existe el riesgo de que quiera deshacer cualquier negociación que sus negociadores hayan acordado sobre la mesa.

Así, mientras su secretario de comercio afirmaba públicamente que existía una gran posibilidad de lograr una negociación benéfica para los tres países del TLC, Trump preparaba una orden ejecutiva alterna para retirarse del acuerdo trilateral.

 

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Asimismo, por un lado elogiaba a Canadá como un gran socio y vecino, y por el otro preparaba un impuesto a la industria canadiense de la madera.

Es cierto que existen amarres institucionales y grupos de poder que pueden limitar el alcance de sus propuestas, pero eso no significa que sus amenazas pierdan efectividad e impacto en los mercados. A nivel persuasivo, ya logró que varias empresas americanas cancelen inversiones en México, y por ese camino puede seguir avanzando.

Mientras más resistencia enfrente en el Congreso, más estímulo va a tener para intentar cumplir promesas que no tengan que ver con la aprobación congresional.

Así, si los mercados creen que ya pasó lo peor con respecto a Trump y que el panorama está despejado, es porque no han aprendido. Más vale que el país no baje la guardia y esté preparado para cualquier sorpresa. Las grandes batallas se ganan antes de haberlas iniciado.

 

Twitter:  @AlfredoCoutino

Web:  www.AlfredoCoutino.com

*/ Director para América Latina en Moody’s Analytics. Las ideas expresadas son de la exclusiva responsabilidad del autor y de ninguna manera deben ser atribuidas a la institución para la cual trabaja

Alfredo Coutiño Alfredo Coutiño Economista por la UNAM, maestro en Economía por el ITAM y doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Madrid. Es director para América Latina de Moody's Analytics, subsidiaria de la calificadora Moody's Corporation, desde 2005 en donde lidera el análisis, modelos y pronósticos para América Latina. Fue director de Ciemex-Wharton Econometrics.