Cofece debe señalar las prácticas anticompetencia y eso hizo con Banco Azteca y el Gobierno Federal: CIEP
No es por sus horarios, tampoco su ubicación, sino por la justificación, la falta de transparencia y la falta de oportunidad para competir.
Banco Azteca fue señalada por el gobierno federal como la institución que entregará a la población no bancarizada sus tarjetas de participación en los programas sociales; la selección fue directa, no hubo un concurso, ni presentación de proyectos, y eso hizo saltar a la Comisión Federal de Competencia (Cofece).
Las adjudicaciones directas, aunque en algunos casos están permitidas en ley, conllevan el riesgo de dañar permanentemente los mercados. Aquí un potencial caso relacionado con Banco Azteca. Hay que acotar las adjudicaciones directas lo mas posible, mejor todos a competir. https://t.co/ywHUHP2T3I
— Jana Palacios (@JanaPalacios) January 24, 2019
La titular del organismo encargado de velar por la competencia de México, Alejandra Palacios advirtió que una adjudicación directa como esta –aunque legal-, podía dejar efectos permanentes dentro de la dinámica financiera del país, un señalamiento de tal magnitud llevo a Arena Pública a preguntar en otras instituciones si de verdad era tan necesaria una licitación pública.
Para el doctor Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el centro de la discusión es la falta de transparencia en el proceso de adjudicación.
Pues si bien la intención del gobierno federal fue privilegiar la penetración en los municipios pobres “un liderazgo personal, una buena intención, no justifica un proceso raquítico” comentó Villarreal.
A pesar de que la distribución de Elektra en municipios humildes y su horario extendido pudieran jugar a favor de Banco Azteca para ubicarlo como una institución adecuada para el trabajo, “dado la dimensión del programa, los posibles contratos, cuáles van a ser los costos, hubiera sido conveniente un mecanismo más transparente” agrega.
Pues no se les dio la oportunidad de otros bancos de presentar una propuesta, ni de ser rechazados con criterios públicos, más allá de criterios personales.
Y es que, uno podría decir ‘bueno, pues si Banco Azteca parece tener una mayor presencia en los municipios donde hay más registros a programas sociales ¿cuál es el problema?’, para contestar también es necesario tomar en cuenta el contexto financiero del país.
El sistema bancario del país se encuentra altamente concentrado en siete bancos (BBVA Bancomer, Citibanamex, Banorte, Santander, HSBC, Scotiabank e Inbursa) que acaparan más del 80% de la cartera total crediticia de la población bancarizada.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) el porcentaje que acaparaba este G7 de la cartera total pasó del 88.84% en noviembre de 2007 al 85.68% en el mismo mes, pero de 2018, según las últimas cifras publicadas.
La mínima variación que ha existido en los niveles de concentración habla también de la poca costumbre que existe entre la población que accede a estas instituciones en mudarse de banco y es este el punto medular de las afectaciones que la titular de la Cofece denuncia.
La falta de un mecanismo público, donde se establezcan reglas claras que beneficien a la población y que den la oportunidad de hacer a cuantos bancos estén interesados dar una propuesta de proyecto, implica entregar en ‘charola de plata’ a un estimado de 5 millones de personas a una sola institución financiera.
Y a pesar de que Banco Azteca no es miembro del G7, debido a que probabilidad de que uno de estos beneficiados cambie de banco es casi nula, la puesta en marca de una licitación abierta, habría ayudado a elegir quien fuera la mejor institución con argumentos sólidos.
"La Cofece reaccionó de manera positiva, en el sentido de que es su misión estar cuidando la competencia en el país, entonces, cuando detecta una práctica que no abona a la competencia, lo tiene que señalar" puntualizó Villarreal.
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