El SAT, la pieza clave en el gobierno para que AMLO cumpla sus promesas

La baja de impuestos en la frontera, las previsiones de menor crecimiento, el compromiso de no aumentar impuestos y la curva de aprendizaje, presionarán los ingresos tributarios.
17 Enero, 2019 Actualizado el 17 de Enero, a las 09:49
El 13 de diciembre la Comisión de Hacienda del Senado aprobó el nombramiento de Ana Margarita Ríos Farjat como titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT)
El 13 de diciembre la Comisión de Hacienda del Senado aprobó el nombramiento de Ana Margarita Ríos Farjat como titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT)
Arena Pública

“Que paguen impuestos los que no pagan, porque es muy injusto que el país se sostenga a costa de los cumplidos”, fue la petición que Obrador hizo a la nueva titular del SAT, Margarita Ríos-Farjat.

Esto, de acuerdo con la última columna escrita por ella misma en el periódico Reforma dos días después de su ratificación por parte del Senado como jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Ríos-Farjat, abogada y doctora en política pública por la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, es la encargada en el gobierno de Obrador de recabar impuestos, por lo que su desempeño será clave para que el gobierno pueda cumplir todas sus promesas de campaña en un contexto en el que se ha asegurado no subirán los gravámenes o se contratará deuda. 

Irma Sandoval, secretaria de la Función Pública, en visita al SAT

El reto no es minúsculo, los ingresos tributarios de los dos últimos años han reportado bajos números e incluso negativos en términos reales. 

En 2017 los ingresos tributarios reales decrecieron 0.9% en comparación con el 2016. A falta de publicarse las cifras de diciembre, entre enero y noviembre de 2018 los ingresos tributarios reportan un crecimiento real del 2.3%.  

Sumado al nada alentador panorama anterior, Obrador redujo a la mitad el IVA e ISR en la franja fronteriza. El entonces propuesto para ser subsecretario de egresos, Gerardo Esquivel, señaló que el gobierno tendría una pérdida recaudatoria de 40 mil millones de pesos debido a esta medida. Sin embargo, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria calculó el impacto hasta en 104 mil millones de pesos. 

La baja en el consumo y por ende en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado también jugará un papel fundamental.

 

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El consumo privado en el mercado interior —que mide el gasto realizado por los hogares en bienes y servicios nacionales e importados, excluyendo compra de viviendas— disminuyó 1.5% en octubre de 2018 (última cifra disponible) comparado con el mes inmediato anterior, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La caída en octubre se suma a otros indicadores que podrían estar apuntando hacia una desaceleración de la economía; el minorista más grande del país, Walmart México, reportó su peor cierre de año desde 2014, mientras que la venta de autos cayó 7% y reportó su segundo año consecutivo a la baja. 

En lo relativo a la actividad económica por el lado de la demanda, el principal motor del crecimiento es el consumo privado, el cual representa el 67% del Producto Interno Bruto, por lo que las expectativas para el crecimiento del PIB en 2019 por parte de analistas privados se han modificado las últimas semanas y la mayoría concuerda que éste estará por debajo del 2%. 

El 15 de enero en una conferencia de prensa, Bank of America Merrill Lynch incluso redujo su perspectiva de crecimiento para México de 2% a 1% para 2019. 

Otro tema a tener a consideración son los ingresos por el impuesto a las gasolinas. La Ley de Ingresos de 2018 calculó recaudar 258 mil millones de pesos por éste componente, sin embargo, hasta noviembre de 2018 Hacienda ha reportado una recaudación de tan solo 165 mil millones, el 63% del total, esto debido a los estímulos fiscales otorgados durante el año. 

De elevarse los factores que modifican el precio de la gasolina como el petróleo, el secretario de Hacienda Carlos Urzúa ha declarado que seguirán utilizando la herramienta de estímulos fiscales para aminorar la carga sobre los ciudadanos, lo que afectaría tambien las finanzas públicas. 

México ocupa la nada honrosa posición de ser el país donde menos impuestos y contribuciones sociales se pagan entre los 36 integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de acuerdo con las estadísticas anuales de la organización. 

 

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Al tercer trimestre de 2018, la tasa de informalidad laboral en México es del 56.6%, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), lo que refleja el reto que tiene de frente el gobierno en materia de recaudación. 

De mejorar la recaudación, el gobierno mexicano podría tener hasta 1.4 billones de pesos anuales de ingresos extra, de acuerdo con el estudio “Evasión Fiscal Global en México” elaborado por la Universidad de las Américas Puebla a petición del mismo SAT.

Luis Ernesto Derbez Bautista, rector de la Universidad y exsecretario de Economía y Relaciones Exterior detalló en tres puntos que el SAT debe atender para elevar la recaudación:

1)    Continuar con la modernización tecnológica en el proceso de supervisión del pago de impuestos; 

2)    Cambiar a una Reforma Fiscal, eliminando exenciones y tasa cero en diversos productos; 

3)    Atacar frontalmente la informalidad, incorporando mediante esquemas de participación a pequeñas y medianas empresas en el sector informal de la economía mexicana.

“Si aplicáramos estas tres medidas y fuera parte de un programa de gobierno, el próximo gobierno estaría pensando en la posibilidad de tener de 1 a 1.4 billones de pesos anuales de ingresos extras…es muy factible que se pudiera pensar, si no en esta cantidad, en la mitad o en una tercera parte y estaríamos hablando de 500 a 700 mil millones de pesos por año”, estableció el Dr. Derbez.

La prioridad del nuevo gobierno al parecer serán las grandes compañías que no pagan impuestos, o no pagan lo debido. “Para combatir a los evasores se necesita a la sociedad entera, empezando por el sector empresarial” escribió en su columna Margarita Ríos-Farjat.

En la primera mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador el SAT tendrá dos objetivos: combatir la creación de empresas fantasma y apreciar a los contribuyentes cumplidos facilitándoles la vida, según lo declarado por Ríos-Farjat en distintas entrevistas. 

Son muchos los que, de ser éstas más amigables, podrían llenar por si mismos sus recibos de honorarios, pagar sus impuestos, hacer sus declaraciones o autocorregirse.

No obstante, el cambio radical en materia fiscal vendrá en la mitad de la nueva administración, cuando Obrador ha dicho se generará una reforma “ya que la gente confíe en el gobierno”.

Sin dar muchos detalles, en conferencia en Monterrey el entonces presidente electo explicó que cada ciudadano “bajo protesta de decir la verdad” y con una fórmula sencilla, declarará anualmente sus ingresos y pagará en el banco u oficina la cantidad correspondiente al gobierno. 

“No tener un aparato para la fiscalización, para estar haciendo auditorías ni persiguiendo a nadie. Solo tener un mecanismo de evaluación, una especie de sorteo para hacer una indagatoria en su momento”, agregó Obrador.  

Al menos durante los primeros tres años del nuevo gobierno Ríos-Farjat será la encargada de mejorar los ingresos tributarios con básicamente el mismo esquema que el gobierno anterior. A partir del tercer año el panorama es incierto hasta conocer los detalles de la reforma fiscal de Obrador. 

 

MÁS INFORMACIÓN: Evasión Fiscal Global en México, Universidad de las Américas Puebla 2018

MÁS INFORMACIÓN: Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas
 

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