FMI le saca tarjeta amarilla a AMLO

Cuando uno lee las declaraciones de Lagarde previas a viajar a México, uno se da cuenta que la visita fue algo fuerte para el país y trajo mensajes duros para AMLO.
1 Junio, 2019
Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI, y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI, y Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.

El pasado 29 y 30 de mayo Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), estuvo en México.

Oficialmente, de acuerdo con su cuenta de twitter, la visita fue para participar en el “Women’s Forum for the Economy and Society”. Sin embargo, aprovechó también para dar un discurso sobre inclusión financiera en el Senado de la República. Asimismo, sirvió para reunirse con el Presidente López Obrador, con el titular de la Secretaría de Hacienda y con el Gobernador y subgobernadores del Banco de México.

Al respecto vale preguntarse: ¿A qué vino realmente la banquera central del sistema financiero internacional? ¿Vino nada más a hablar de inclusión financiera o vino a sacarle la tarjeta amarilla al gobierno de la 4T?

De una primera lectura del discurso de Lagarde en el Senado, uno diría que la mujer vino a reconocer al Presidente López Obrador por estar haciendo de “la reducción de la pobreza y la desigualdad, una meta de su administración.”

Asimismo, se desprendería de sus palabras, que vino a felicitar a AMLO por ser un destacado neoliberal en razón de su política comercial pro T-MEC, por su política fiscal férrea para alcanzar el superávit a través de controlar el gasto y por mantener bajo control la inflación vía el respeto a la autonomía de Banxico.

También se pensaría que de lo que también vino a hablar fue de impulsar la inclusión financiera como herramienta del crecimiento con equidad. Esta impresión positiva se reforzaría con las fotos difundidas de su encuentro con el Presidente, donde se ve a ambos funcionarios sonrientes y cómodos.

Sin embargo, los mensajes entrelíneas se leen distintos cuando uno los analiza a la luz de las funciones del FMI. También cuando se revisan los mensajes que la Directora Gerente lanzó previo a su visita a México. Ahí se da cuenta de la preocupación del Fondo por el lado populista de AMLO y del impacto económico que esto está teniendo en el crecimiento del país.

 

En ese sentido, pareciera que Lagarde vino a sacarle una tarjeta amarilla al Presidente López Obrador y a su gobierno.

 

En su discurso ante el Senado, Lagarde trajo como mensaje principal el de avanzar en la inclusión financiera para lograr el crecimiento con equidad. Abogó por impulsar especialmente la inclusión de la mujer para lograr crecimiento sostenible y con equidad. Al respecto hizo énfasis en la oportunidad que representa el uso de la banca móvil y el fintech (tecnología aplicada al crédito, al ahorro y a los seguros), en general, para tales propósitos. También señaló que esa mayor inclusión financiera no tiene porqué representar un mayor riesgo a la estabilidad financiera.

En el CEEY estamos totalmente de acuerdo con estos juicios por los cuales llevamos tiempo abogando (ver “El México del 2018, Movilidad Social para el Bienestar”). De hecho, en el Centro, estamos por presentar en próximas fechas un estudio elaborado por la Dra. Patricia López Rodríguez, que brinda información sobre el “porqué” y los “cómos” de esta relación positiva entre inclusión financiera, mujeres y movilidad social para el crecimiento duradero e incluyente.

Por otro lado, la titular del FMI también trajo mensajes relacionados con la estabilidad económica y del crecimiento mundial. Mencionó que “México ha destacado por años como un país de instituciones y políticas fuertes. Esto incluye una política fiscal prudente y un banco central conocido por su independencia y su éxito en asegurar inflación baja.” Criticó el hecho de que “el crecimiento económico no ha sido capaz de llegar a los niveles requeridos para sustancialmente reducir la pobreza y la desigualdad.”

Destacó entre los retos que enfrenta México para lograr crecimiento incluyente con estabilidad, están los de corrupción, crimen, informalidad del sector laboral, competencia limitada en algunos sectores y de acceso dispar a los servicios financieros y de telecomunicaciones.

 

Hasta ahí, todo parecería de maravilla, pero cuando se lee las declaraciones de Lagarde previas a viajar a México, se da cuenta que la visita fue algo fuerte para el país y trajo mensajes duros para AMLO relacionados con la estabilidad y el crecimiento.

 

El pasado 11 de abril, cuando la titular del FMI anunció su visita a nuestra nación, señaló la preocupación del Fondo por el rol que está jugado la "incertidumbre" política del país en la revisión a la baja de las proyecciones para su crecimiento. Y es que en su informe de "Perspectivas Económicas Mundiales" de ese mes, el FMI pronosticó que la economía mexicana avanzará un 1.6% en 2019 y un 1.9% en 2020. Esto es, cinco y tres décimas menos, respectivamente, de lo proyectado en enero.

En torno a esto, el Fondo manifestó, en dicho informe, que la confianza en el país se ha debilitado, "tras la cancelación por parte del Gobierno de un aeropuerto planificado para la capital y (por) el retroceso en las reformas de energía y educación". Por lo mismo, en su análisis, el FMI consideró "esencial" evitar el retraso de las reformas estructurales "necesarias", ya que esto genera incertidumbre adicional en detrimento de la inversión privada y consecuentemente del crecimiento del empleo. Asimismo, aseguró que mantener el plan de consolidación fiscal a mediano plazo estabilizaría la deuda pública y elevaría la confianza. ¡Zas!

Otro mensaje que seguramente estuvo explícita o implícitamente sobre la mesa fue el de recordarle a AMLO que México tiene abierta con el FMI una línea de crédito contingente por 74 mil millones de dólares. La misma tiene como fin generar confianza, y estoy seguro que Lagarde, de alguna manera, le dejo ver al Presidente que confía en que no la utilice.

Asimismo, espero que el Gobierno de la 4T haya tomado conciencia de que para poder renovarla por dos años más, en noviembre de 2020, el país debe crecer y el gobierno debe continuar portándose bien en sus finanzas públicas.

Todo lo anterior, y la visita en sí misma es preocupante para el país. Y es que el FMI es un organismo que fue creado después de la segunda guerra mundial con el objeto de mantener la estabilidad económica y prevenir crisis en el sistema financiero internacional. Acorde con este mandato, y a la luz de la debilidad financiera de la región, históricamente la relación del FMI con los países de América Latina ha sido difícil y marcada por rescates financieros a través de créditos condicionados a que se hagan reformas estructurales para impulsar la estabilidad financiera.

Por lo mismo no me parece que sea muy agradable una visita de este banquero central internacional para un Presidente que se autoproclama anti-neoliberal, anti-organismos internacionales (FMI y Banco Mundial) y que está desbordado en su populismo.

Por todo lo anterior, considero que por más tersa que haya parecido la visita, en el fondo vinieron a sacarle la tarjeta amarilla a AMLO por sus políticas populistas que están deteriorando la confianza y el crecimiento del país.


 

*Enrique Díaz-Infante es investigador del CEEY

Twitter: @ediazinfante

Correo: enrique.diazinfante@ceey.org.mx

Enrique Díaz-Infante Enrique Díaz-Infante Director de Sistema Financiero del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Es licenciado en Derecho por la UNAM y maestro en Políticas y en Desarrollo, ambas por la London School of Economics. Ha publicado un libro sobre “Regulación Financiera y Competencia Económica” y dos en coautoría por el CEEY: “El Sistema Financiero Mexicano” y “El México del 2018, Movilidad Social y para el Bienestar”. Periódicamente publica en el periódico Reforma y en Arena Pública.