Ciudadanos pagan con exclusión financiera la desigual aplicación de la ley en los estados: Zamarripa

En México la inclusión financiera abre una profunda brecha entre el norte y el sur. Mientras en Nuevo León y Baja California Sur hay más de 9 cajeros por cada 10 mil adultos, en Chiapas y Oaxaca hay menos de 3.
12 Abril, 2017 Actualizado el 17 de Abril, a las 09:51
Las cifras que libran a México del rezago en la inclusión financiera se basan en una definición laxa que utilizan en países en vías de desarrollo, aclara Zamarripa.
Las cifras que libran a México del rezago en la inclusión financiera se basan en una definición laxa que utilizan en países en vías de desarrollo, aclara Zamarripa.
Arena Pública

En México conviven dos regiones cuyas diferencias se amplían cada vez más.

La forma de aplicar la ley es la clave, lo que ha profundizado la brecha de inclusión financiera entre Nuevo León y Oaxaca o Aguascalientes y Guerrero, aseguró el director general de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), Guillermo Zamarripa Escamilla, en entrevista para Arena Pública.

Los ciudadanos sufren la exclusión financiera como consecuencia de la adopción de políticas económicas distintas a nivel regional, aunque existe una política integral a nivel nacional, la manera en que cada estado adopta el mismo marco constitucional es muy distinto, explicó.

“Si vas a Acapulco las cosas se pueden complicar en Guerrero, puedes venir por carretera y tener el riesgo de que cierren la autopista de Sol y de que te eches seis horas en Chilpancingo esperando a que 50 personas se quiten. La pregunta es ¿eso pasa en Nuevo León? ¿en San Luis Potosí? ¿en Sonora? La respuesta es no,” dijo el maestro en Administración de Empresas por la Universidad de Chicago.

La inclusión financiera abre una profunda brecha entre el norte-bajío y el sur. Mientras que en Nuevo León y Baja California Sur hay más de 9 cajeros por cada 10 mil adultos, en Chiapas y Oaxaca menos de 3.

En la Ciudad de México existen más de 200 terminales para cobrar con tarjeta de crédito o débito por cada 10 mil adultos, mientras que en Guerrero y Tlaxcala menos de 50, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

 

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“La infraestructura bancaria de la Ciudad de México y Nuevo León se parecen mucho a la europea, la de Chiapas y Oaxaca a la de Centroamérica y África,” apunta el experto en el sector financiero.

Si estados de la región norte y bajío de México han registrado un crecimiento económico superior a 3% anual es porque además de la aplicación del marco constitucional, han dado cobijo a empresas que llegaron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, dijo el director de Fundef.

El país no está necesariamente rezagado en materia de inclusión financiera respecto a sus pares en América Latina, casi 7 de cada 10 mexicanos tiene al menos un producto bancario: cuenta de ahorro, tarjeta de crédito, préstamo vía nómina, entre otros.

Sólo 27% de la población cuenta con infraestructura bancaria a su alcance y no tiene algún producto bancario, y menos de 5% de la población no tiene acceso a infraestructura bancaria como cajeros automáticos, sucursales bancarias o terminales para pagar con tarjeta de crédito y débito en los comercios, esa proporción representa al 40% de los municipios.

Sin embargo, las cifras aceptables que libran a México de catalogarse en el rezago se basan en una definición laxa de inclusión financiera que sólo se utiliza en países en vías de desarrollo, aclara Zamarripa.

Basta con que los ciudadanos utilicen algún producto financiero, el que sea -por ejemplo la tarjeta de Banco Azteca o Banco Famsa- para que se sumen a la estadística de los que no están excluidos del sistema financiero, aunque el banco nunca les haya dado un crédito.

Los países desarrollados tienen una definición más estricta, para estos una persona está incluida en el sistema sólo si están cubiertas todas sus necesidades financieras: ahorro, crédito, completa el economista. 

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