Desaparece el entusiasmo de los rectores por incorporar a los soñadores en las universidades

Los ánimos del rector de la UNAM, Enrique Graue, por recibir a los jóvenes soñadores no son los mismos que en febrero, cuando anunció que la máxima casa de estudios haría lo necesario para introducirlos a sus filas.
10 Marzo, 2017 Actualizado el 10 de Marzo, a las 14:43
Las universidades públicas no tienen espacio para lo que se viene, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue.
Las universidades públicas no tienen espacio para lo que se viene, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue.
Arena Pública

Cuando Enrique Peña se pronunció por acoger a los deportados de Estados Unidos, directores y rectores de diversas universidades levantaron la mano con entusiasmo para sumarse a la causa.

Pero la realidad los sacudió y las implicaciones de llevar a cabo un plan de tal magnitud los hizo dar un paso atrás.

El apoyo para la reinserción continuará, pero las universidades públicas no tienen espacio para lo que se viene, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue el 1 de marzo durante una mesa de diálogo con rectores en el marco de los “45 años del sistema de universidades abiertas.”

El ánimo del rector por recibir a los jóvenes soñadores no es el mismo que mostró en febrero, cuando anunció que la máxima casa de estudios se estaba preparando para introducirlos a sus filas o servirles de puente para llegar a otras instituciones.

“Lo que se nos viene es muy serio” puntualizó, las instituciones públicas no están preparadas para dar lugar a los 400 mil jóvenes mexicanos que actualmente están bajo la protección de la Acción Diferida para Niños Migrantes (DACA por sus siglas en inglés).

Se refería al programa instaurado por el Presidente Barack Obama en 2012 para evitar la deportación y brindar permisos de empleo a quienes llegaron a Estados Unidos siendo niños -antes de los 16 años- pero del que Donald Trump no se ha pronunciado con claridad.

Del total de estudiantes de nivel superior en México las instituciones públicas albergan a 2.7 millones equivalentes a 70% de la matrícula total; mientras que las universidades privadas a 1.2 millones o el 30% restante, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

Aspirantes de nuevo ingreso a la UNAM.

 

Enrique Graue no fue el único en levantar la mano antes de tiempo. Durante los primeros días de febrero toda una serie de directores anunciaron que las puertas de sus casas de estudio estarían abiertas para los soñadores.

Entre ellos la directora de Desarrollo Institucional de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Gabriela Fernández Gutiérrez y el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, quien incluso anunció 1,500 becas de hasta 100% en el campus Ciudad de México a través de su programa “Si quieres ¡puedes!”.

 

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Pero incorporar a los soñadores en las universidades implica más que sólo anuncios.

Por ejemplo, diseñar cursos remediales de historia, geografía o del sistema jurídico mexicano, una de las acciones que ha implementado la Universidad Veracruzana tras crear un programa piloto con estudiantes deportados.

Al haber estudiado toda su vida en otro país no cuentan con ese bagaje, asegura Sara Ladrón de Guevara, rectora de la universidad, quien ha señalado que es indispensable que las universidades sean conscientes de que “estos estudiantes llegan como aspirantes involuntarios.”

Dreamers protestando en contra de la deportación.

A esto se suma el hecho de que México no tiene capacidad económica para incorporar a los soñadores universitarios en las aulas. "Si tuviéramos que enfrentar hoy un incremento de la demanda de matrícula del 100% de los dreamers que están fuera, no tendríamos capacidad presupuestal", aseguró el secretario de Hacienda, José Antonio Meade el pasado 2 de marzo.

 

Si tuviéramos que enfrentar hoy un incremento de la demanda de matrícula del 100% de los dreamers que están fuera, no tendríamos capacidad presupuestal

 

Los trámites para entrar al sistema educativo mexicano tampoco son los más ágiles en este momento.

Si un soñador quisiera incorporarse ahora se toparía con una serie de requisitos que alargarían o impedirían su entrada a la universidad, pues las reformas a la Ley General de Educación que disminuirían y agilizarían el ingreso aún no han sido aprobada por el Poder Legislativo.

Aun cuando se aprobaran en marzo de 2017, tanto estudiantes como universidades tendrían que esperar hasta un año, plazo que tiene la secretaría de Educación Pública para publicar el Marco Nacional de Cualificaciones, instrumento necesario para efectuar la revalidación de estudios extranjeros.

Agilizar los trámites será lo mínimo que se necesite para acoger a los soñadores, además de recursos y una infraestructura con la que no se cuenta hasta ahora según lo dicho por el rector de la UNAM y el secretario de Hacienda, implicaciones que comenzaron a valorarse solo después de que se alzara la mano para decir que sí a la propuesta de Enrique Peña.

 


MÁS INFORMACIÓN: Dictamen que presentan las comisiones unidas de educación y de estudios legislativos, con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la ley general de educación. Senado de la República. 2017.
 

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