¿Por qué si la agenda económica de México es parecida a la japonesa, los resultados son tan distintos?

Desde finales de 2012 la política económica japonesa está regida por tres ejes promovidos por el Primer Ministro, Shinzo Abe, conocidos como Abenomics, muy parecidos a los implementados en México; pero las diferencias son distintas
8 Febrero, 2016 Actualizado el 8 de Febrero, a las 13:17
Riesgo de recesión por aumentar el impuesto al consumo e independencia cuestionable del Banco de Japón, son algunos de los argumentos de los críticos de la política económica de Shinzo Abe
Riesgo de recesión por aumentar el impuesto al consumo e independencia cuestionable del Banco de Japón, son algunos de los argumentos de los críticos de la política económica de Shinzo Abe
Arena Pública

¿Abenomics?

Un término acuñado que le da nombre a un paquete de medidas adoptadas por el Primer Ministro Shinzo Abe, después de su reelección en diciembre del 2012, a fin de sacar del estancamiento a la economía japonesa.

Por cierto, medidas no muy distintas a las emprendidas por el gobierno de Enrique Peña Nieto en México.

En Japón, desde finales de 2012, la política económica está regida por tres ejes o “flechas”: estímulo fiscal, flexibilización monetaria y plan de reformas estructurales.

La agenda económica nipona presupone una serie de acciones reconocibles en México, incluso desde la misma fecha. Los tres ejes han sido aplicados a la economía mexicana pero los resultados inmediatos han sido opuestos:

* El crecimiento económico japonés se comenzó a elevar tras aumentar el dinamismo del mercado interno, como consecuencia de un primer aumento al IVA que paralizó al país, para ser inmediatamente corregido y postergado para 2017. En México no ha habido corrección de los elementos de la reforma fiscal.

* La banca central disminuyó la tasa de interés hasta -0.1%, de modo que la banca comercial tuviera un incentivo para prestar y, con ello, motivar la participación de las empresas locales hacia el exterior, lo que empujó a su vez al mercado laboral. En consecuencia, el índice Nikkei muestra un desempeño positivo contante, si bien con fluctuaciones, a diferencia del IPC mexicano que mantiene un aura de pesimismo.

* Las reformas estructurales japonesas incluyeron a los sectores agrícola, salud, laboral y de energía, los resultados se esperan a mediano plazo. Pero los objetivos contrastan con los promovidos por el gobierno mexicano. La reforma agrícola aplica una política de protección al sector, minimizando la participación de privados internacionales; la reforma energética, luego del desastre nuclear de Fukushima, pondera más la seguridad del sector que su apertura comercial.

De acuerdo a la economista Melba Falck, investigadora de la Universidad de Guadalajara, la clave en las diferencias de resultados entre ambos proyectos económicos se encuentra en la educación. Y es que una reforma educativa, como se ha realizado en México, no es una preocupación en Japón.

La mentalidad japonesa tiene en la educación formal su recurso más valioso, asegura la también directora de la revista México y la Cuenca del Pacífico, recurso construido a través de la adaptación a una revolución tecnológica brutal donde la mano de obra tuvo que entender cómo operar sus nuevos insumos, elevando así su productividad.

En México la calidad educativa ha sido un ya largo y penoso pendiente por décadas. La reforma educativa, emprendida por Peña Nieto, busca -en el papel- dotar de la pieza que le falta a la competitividad de la economía. Habrá que ver si los intereses políticos y privados no detienen esta intención. 

Video del diario Financial Times donde se analizan los próximos retos de los Abenomics, entre ellos el reto crucial: la productividad (28 Ene 2016)

 

MÁS INFORMACIÓN: ¿Qué son los Abenomics?  Presentación del Centro Asia Pacífico de la Facultad de Economía y Empresa, Universidad Diego Portales, Chile.