El gobierno: Gran financiador de la prensa en México

El financiamiento público a los periódicos tradicionales y a los nuevos medios digitales es un asunto casi intratable a pesar de que organizaciones civiles como Fundar y Artículo 19 han levantado la voz exigiendo su regulación. Expertos sobre el tema abordan el asunto para Arena Pública.
17 Agosto, 2015 Actualizado el 15 de Abril, a las 19:52
Actualmente el estado mexicano patrocina publicidad sin claridad y sin lectores como lo hacen la mayoría de empresas que reciben estos subsidios extraoficiales o extralegales, dice Raúl Trejo Delarbre
Actualmente el estado mexicano patrocina publicidad sin claridad y sin lectores como lo hacen la mayoría de empresas que reciben estos subsidios extraoficiales o extralegales, dice Raúl Trejo Delarbre
Arena Pública

Desde el presupuesto público el gobierno federal y los gobiernos locales financian ‘proyectos periodísticos’ –tradicionales y digitales- con el propósito de apagar las críticas.

Así lo plantean diversos analistas de medios de comunicación y académicos expertos consultados sobre un tema que poco se aborda públicamente.

La gran mayoría de los medios locales, al interior del país, se sostienen en un 80% de la publicidad de los gobiernos estatales, asegura Fundar.

Mientras que la publicidad de los gobiernos, federal y locales, tiene un peso relevante en los ingresos de los medios nacionales, a tal grado que la subsistencia de algunos de ellos se cuestiona sin los ingresos públicos, dicen los expertos consultados.

 

Relaciones mercantiles entre gobierno y periodistas

El gobierno busca congraciarse con periodistas destacados y para ello “paga publicidad en sus blogs, en sus modestos sitios web; entonces estos columnistas -que también tienen espacio en la prensa impresa, radio o televisión- tienen de esta manera una entrada de ingresos que no se debe a la audiencia de estas compañías, sino a la búsqueda de conveniencias por parte del gobierno o de los gobiernos”, afirma Raúl Trejo Delarbre, doctor en Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.

Para ser más precisos, el claro ejemplo  sucede cuando “el columnista o conductor recibe dinero  para que a través de anuncios en sus sitios  web o en sus columnas de los distintos diarios escritos…le sea muy difícil ser crítico  o analítico  con el gobierno, que está pagando esos servicios publicitarios” agregó Trejo Delarbre.

El punto relevante es que las relaciones personales y mercantiles que se han establecido entre el periodista y el gobierno ya son muy evidentes, enfatiza el investigador de medios de la UNAM.

“Al  convertirse (los periodistas) en empresarios que buscan directamente la publicidad se vuelven mucho más vulnerable a las presiones de las distintas instituciones del Estado. La publicidad en los medios la deben buscar los gerentes de ventas y no los periodistas”.

 “Actualmente el estado mexicano patrocina publicidad sin claridad y sin lectores como lo hacen la mayoría de empresas que reciben estos subsidios extraoficiales o extralegales pero podría haber en México mecanismo de ayuda a la empresa como existe en Francia en Cataluña o en otros sitios”, sugiere Trejo Delarbre.

 

¿Tiene futuro la prensa en México sin publicidad oficial?

Pero el problema mayor se encuentra en el financiamiento que recibe la prensa al interior del país.

Justine Dupuy, investigadora de la organización civil Fundar, manifestó que la problemática de la dependencia de los medios tradicionales respecto del gasto público en comunicación social es más fuerte en los estados, donde dijo que el 80% de los ingresos de una gran mayoría de los periódicos locales depende de lo que aportan los gobiernos.

Consideró que los periódico nacionales, si bien reciben importantes flujos de recursos públicos – el gobierno destinó cerca del 17% de su presupuesto de medios a los periódicos- al  recortarse el presupuesto público, existe la  posibilidad de otros mecanismos para poder financiarse y  operar.

“…pero el problema es que partimos de un sistema viciado en la publicidad oficial, la cual no debería ser un subsidio. Al momento de debatirlo se debería establecer qué tipo de relación financiera queremos en el país entre el gobierno y los medios de comunicación”, apunta Dupuy.

Para Raúl Trejo –para quien los periódicos no desaparecerán aún si se cancelara la publicidad oficial- sería deseable la reducción del presupuesto público que se entrega a los periódicos y medios digitales. 

“Me parecería una medida deseable y obligaría a la prensa que ahora tenemos a buscar formas de financiamiento más amplias, buscando el patrocinio de la sociedad y el privado”.

El experto de la UNAM plantea que la prensa podría subsistir, por ejemplo, adoptando sistemas que permitan que el Estado mexicano de manera pública y muy transparente, otorgue el patrocinio a publicaciones cuya calidad lo amerite.

“Hay muchas revistas especializadas o revistas culturales que merecerían el respaldo del Estado, sin que esto significara que estén supeditadas a los lineamientos del gobierno”, dice Trejo Delarbre.

David Mora, investigador de Artículo 19, cree que en México la publicidad del gobierno no desaparecerá. “Pienso en un escenario donde es imposible que ese 17% que registra el gasto de publicidad oficial en prensa llegue a 0%, porque mientras la población siga consumiendo este tipo de medios y exista un target especifico que siga comprando el periódico ésta va a continuar”.

Y es que prácticamente ningún proyecto para limitar el presupuesto público en propaganda y publicidad en los medios ha prosperado.

Justine Dupuy recuerda que desde el año 2000 se han presentado más de 15 iniciativas al Congreso Federal para que la función de labores no sea considerada publicidad oficial y al mismo tiempo no se abuse de esta, “pero no hay voluntad por parte de los tres poderes para avanzar en el tema”.

 

Medios digitales, ¿multiplicando la simulación?

Varios de los expertos consultados ven en internet una posibilidad de reconfiguración de la prensa en México, si bien la publicidad oficial aún no es significativa pero se ha venido incrementando en los últimos años.

María Elena Meneses, investigadora del Tecnológico de Monterrey (ITESM), apunta que si los recursos del Estado se retiran o controlan de la prensa escrita, ésta tendría que apostarle con más fuerza a otros modelos de periodismo, como por ejemplo los ciberperiódicos y proyectos independientes de periodismo de investigación que subsisten con éxito en otras partes del mundo.

Sin embargo Trejo Delarbre cuestiona la independencia de los nuevos medios digitales que han aparecido recientemente en México por su dependencia de la publicidad oficial.

“Lo que está ocurriendo es que la web esta sirviendo para multiplicar la simulación, que ha constituido en México la existencia de medios que no tienen audiencia y no tienen calidad, los cuales también están siendo respaldados por la publicidad oficial”.

 

Perversión de la “publicidad oficial”

Uno de los problemas que se enfrenta en México es el verdadero significado legal de publicidad oficial, si bien se reguló lo concerniente a la publicidad electoral.

David Mora, oficial adjunto del programa de derecho a la información en Artículo 19, afirma que la legislación solo estableció el caso de la competencia entre partidos, pero no se salvaguardó el punto específico acerca de la libertad de expresión y de información.

De esta manera se explica que los mexicanos vean publicidad oficial a toda hora y todos los días, independientemente de los periodos electorales.

“Aunque se entienda como un derecho (ciudadano), se ha ido pervirtiendo la idea de publicidad oficial con base en criterios claros, racionales, oportunos y no en criterios políticos. Y los medios también entran en el juego y exigen a través de sus líneas editoriales más recursos a través de la publicidad oficial”.

“Entonces es un vicio de parte y parte. No solo son los gobiernos dictando línea editorial a través de la publicidad oficial, sino los diarios haciéndose de recursos amenazando con el uso de las líneas editoriales”, señaló Mora.

(Derechos reservados, Arena Pública 2015)