"Cuido que las personas no quiebren"

La vida da vueltas inesperadas y de eso da constancia la trayectoria de Mario di Costanzo. Hace casi dos décadas fue un crítico implacable del rescate bancario que implementó el gobierno priista del presidente Ernesto Zedillo. Ahora, también con un gobierno priista, encabeza la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, Condusef; una defensoría de los clientes del sector financiero financiada por el presupuesto público.
25 Febrero, 2014 Actualizado el 26 de Febrero, a las 10:07
“La CNBV debe cuidar que los bancos no quiebren, yo debo cuidar que las personas no quiebren”, dice el ombudsman de los consumidores financieros.
“La CNBV debe cuidar que los bancos no quiebren, yo debo cuidar que las personas no quiebren”, dice el ombudsman de los consumidores financieros.
Arena Pública

Mario di Costanzo

“Hay una historia atrás de desencuentros, pero tenemos que empezar a construir porque los bancos siempre van a existir, los clientes también”, dice el presidente de Condusef. No niega que su relación con la banca ha sido difícil, pero en sus palabras deja ver su insistencia por sentar al diálogo como el invitado principal en su relación con el sector bancario.

Los temas de la concentración bancaria y de la inclusión salen a flote rápidamente. Adivinar que existe una gran concentración en la banca “no requiere de un estudio profundo”, dice a botepronto en relación al análisis que realiza la comisión antimonopolios sobre el sector. Y advierte: “Tenemos una concentración arriba y abajo”.

La conversación se torna fluida y se alarga más de lo planeado. “La CNBV debe cuidar que los bancos no quiebren, yo debo cuidar que las personas no quiebren”, dice el ombudsman de los consumidores financieros.

¿Cómo es la relación del presidente de Condusef con los banqueros?

Ha sido una relación institucional, constructiva, donde cada cuál ha asumido su papel y su lugar. Creo que la labor del sector financiero en el país es necesaria, pero también lo es proteger y salvaguardar los derechos de los usuarios, mejorar la calidad de los servicios, la transparencia, el acceso a la información y promover la información financiera. Ese es un tema central en el que hemos coincidido mucho con la banca, las acciones de educación financiera. Desde mi llegada a la  Comisión, he señalado que vamos a aplicar hasta la última coma de la ley para defender a los usuarios, para mejorar la calidad de los servicios y creo que ha sido así. Es una relación que cada día se va fortaleciendo.

¿Cómo califica la calidad de los servicios bancarios?

Debemos distinguir dos asuntos que no deben confundirse. Primero, la seguridad. Tenemos una banca segura. Pero en segundo lugar, también tenemos una banca en donde existen muchas áreas de oportunidad para mejorar la calidad, el costo de los servicios y para hacer más entendible la información financiera. Si lo medimos por quejas, en 2012 hubo 4.2 millones de quejas de los 30 bancos que se concentraron en aquellos con mayor actividad, lo que da espacio para mejorar la calidad de sus servicios.

Durante el año pasado, ¿existe el registro del número de quejas en la banca?

2013 estuvo cercano a 4.4 millones de quejas. Al primer semestre del año eran 2.2 millones, siendo la tarjeta de crédito el producto más reclamado. La causa más recurrida fue el consumo no reconocido con un porcentaje importante de presuntos fraudes, que son operaciones hechas por robo y extravío de tarjeta, clonación de datos y el uso de una tarjeta por alguien sin ser su dueño. Una parte de estas quejas también se relacionan a la falta de educación financiera o, ante información insuficiente, la gente no sabe qué productos y servicios se ajustan a sus necesidades.

En México solo un tercio de los adultos tiene una cuenta en el sistema financiero, ello habla de las barreras que aún existen en el país en materia de inclusión financiera.

Desde luego, la inclusión financiera es uno de los objetivos de la presente administración. Hay una línea muy clara en el Plan Nacional de Desarrollo que busca promover e incrementar esta inclusión, preferentemente a las mujeres. ¿Qué se necesita para que exista una inclusión financiera eficiente? Porque no se trata de tener una tarjeta de nómina. Se deben reunir tres condiciones, como mínimo, para una inclusión suficiente: Que haya acceso y uso de los servicios financieros y no solo bancarios; protección al derecho de los usuarios y educación financiera. Son los tres ingredientes básicos y creo que la reforma financiera al menos incrementa las herramientas de Condusef en dos de ellos -educación financiera y protección de los derechos- entonces es una reforma que apoya la inclusión.

¿Tenemos un sistema bancario accesible a la mayor parte de la población?

Lo digo muchas veces en broma pero con sentido profundo, necesitamos una banca de bajo costo, una que sea versátil en términos de bancarización para llegar a todos los rincones del país. Pero a veces la banca tiene un modelo de negocio diferente que no va a atacar esos mercados, pero tenemos otras entidades que sí lo están haciendo como cajas de ahorro (sociedades corporativas de ahorro y préstamo) que bien reguladas, registradas y dadas de alta son una buena alternativa. Tenemos toda una industria del microcrédito, donde todavía tenemos algunos asegunes por las tasas de interés que manejan, pero también con una penetración en lugares que no tenían el servicio. Lo que necesitamos hacer es conectar los servicios de manera más eficiente.

Yo no sé si el diseño de estos bancos integrantes del famoso G7 sea el modelo de negocio que puede llegar a un municipio muy lejano, creo que desafortunadamente no es el diseño; por lo que no me gusta hablar de bancarización. Lo que debería haber es, o bien un desdoblamiento de esta institución para crear bancos de bajo costo con otro concepto, o ligar todo el mosaico de entidades financieras no bancarias para apoyar el proceso de inclusión.

¿Cómo interconectar a la gran banca con estas otras, no hay barreras para ello?

No debería haberlas y las que sean detectadas deben ser salvadas o brincadas con políticas públicas, como lo intenta hacer este gobierno.

¿Eso está ocurriendo?

Yo creo que sí. La reforma financiera, en el redimensionamiento y redefinición de la banca de desarrollo, tiene un papel muy importante para ligar a estas entidades no bancarias. Por otro lado, no deben verse a las Sofomes y Sofipos como competencia para la gran banca, sino servicios complementarios donde el mismo mercado irá demostrando la necesidad de que coexistan y tengan mecanismos de interrelación para eficientar el servicio y el acceso a los servicios.

Actualmente existe un problema entre la banca y las Sofomes. ¿Acaso existe una barrera real para que el sistema financiero se expanda?

Ahora mismo estamos buscando cómo solucionar estos problemas. Hay un tema en boga, sobre el cierre de cuentas de estas entidades por parte de bancos. Condusef ya se ha reunido con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), tenemos ofrecimientos de Bancomer -un banco que ha mostrado una gran apertura para la solución de este tema- y evidencia de algunas Sofomes con cuentas ya canceladas, ahora vueltas a abrir. Hubo una falta de claridad en algunas disposiciones y políticas encaminadas al lavado de dinero, que al no estar perfectamente definidas generaron confusión. Sin embargo, desde el año pasado se ha trabajado para clarificar estos asuntos: qué se puede hacer, qué se debe hacer y qué no; ya se está solucionando. Pero aún tenemos muchas barreras y la reforma supera algunas como las libertades de asociación para conformar alianzas entre entidades financieras para llevar a cabo acuerdos bilaterales con ventaja, que se traduce en menores costos para el cliente.

¿La CNBV y el Banco de México son proactivos en la implementación de estas regulaciones para evitar la imposición de barreras en el sistema?

Sí, bajo la coordinación de la CNBV y la Secretaría de Hacienda, todas las comisiones supervisoras y el Banco de México estamos trabajando para implementar la reforma, la emisión de reglamentos, que no se contrapongan las disposiciones cuando van en el mismo sentido, que se simplifiquen en materia de autoregulación, de multas, en facultades para acciones correctivas antes de multas. Sí se está trabajado concienzuda y periódicamente en reuniones para ver temas como el impacto que tendrán, por ejemplo, la prohibición de ventas atadas, un gran avance que generará mayor competencia pero requiere mucho cuidado en su aterrizaje, especialmente en créditos hipotecarios. Es una muy buena reforma la aprobada y desde el punto de vista del usuario se trata del avance más importante en relación a la protección de derechos en servicios financieros. Con un ejemplo basta para señalarlo: no había precedente en la legislación financiera mexicana de cláusulas abusivas, ahora Condusef tiene toda la facultad de declarar una cláusula como abusiva cuando se cumplan ciertas condiciones como la evidencia de desigualdad entre usuarios y la institución financiera, que atente contra el patrimonio del usuario. No había precedente.

Sobre los comentarios en torno de que la reforma juega en contra de los deudores, con las figuras del “arraigo" y "secuestro de bienes"... tú sabes muy bien que yo vengo de un movimiento de deudores y si vemos cómo estaba la ley y cómo quedó, yo creo que no hay relación con esas críticas. Efectivamente, en el Código de Comercio en sus artículos 1168 y 1173 tenían muy clara la palabra arraigo y secuestro o embargo de bienes; si ves la reforma, cambia la palabra “arraigo” por “radicación” -uno es de relevancia y el otro, administrativo- donde uno implica pérdida de la libertad y el otro no, pero también se cambia “embargo” por “inmovilización de bienes”, siempre sujeto a un proceso judicial, por lo que no puede darse sin la mediación de un juez.

No se vale atacar a la reforma por ese lado pues no es como se ha dicho, los términos son más acotados. Ahora tenemos mayor facultad para regular a los despachos de cobranza. Desde el punto de vista del usuario, la reforma lo pone en el centro de la mesa, o muy cerquita.

El fortalecimiento de Condusef no agrada a los regulados y si se agrega que usted tiene una larga trayectoria en defensa de los deudores y una conocida filiación a un movimiento político con ese perfil ¿acaso no se provoca una disrupción en la labor de Condusef?

Aprovecho la oportunidad para agradecer al Presidente de la República, como al doctor Luis Videgaray, por la distinción de mi persona y la colaboración en su gobierno, mostrando la pluralidad que se muestra desde el gobierno.

Es verdad, he sido un fuerte crítico de la banca, se conoció abiertamente mi postura ante el rescate bancario y sí, sonaba a un encontronazo fuerte contra el gremio banquero. Pero hay algo que ha hecho de forma muy sensible el presidente y el secretario Videgaray: les he dicho -y ellos comparten la idea- que la Condusef es la parte más financiera del sector social. Condusef no es financiera, lo digo con mucho respeto. La CNBV debe cuidar que los bancos no quiebren, yo debo cuidar que las personas no quiebren, que entiendan bien lo que están comprando. Desde ese punto de vista parece haber posiciones y objetivos encontrados con los bancos, pero afortunadamente no ha sido así. Por ello veo con tanto optimismo la reforma financiera, pues es muy difícil conjuntar los temas sociales y los financieros. No es un encontronazo con la banca, nos hemos puesto en nuestro propio lugar como regulado y supervisor, con momentos ríspidos que se han superado con el diálogo.

Si algo aprendí en los movimientos en los que milité es que hay que estar abiertos al diálogo para construir cosas. Es cierto, hay una historia atrás de desencuentros pero tenemos que empezar a construir porque los bancos siempre van a existir, los clientes también. Hay banqueros a los que, por su historial, les conozco de hace mucho tiempo y están abiertos al diálogo, como Luis Robles de Bancomer, a quien conozco de al menos 15 años, cuando habían conflictos muy fuertes que se pudieron superar con diálogo. Y lo reconozco en Luis Robles, en Javier Arrigunaga, de Banamex.

Por cierto, Javier Arrigunaga era director del Fobaproa cuando Mario di Costanzo estaba señalando el rescate de los bancos.

Así es, a veces lo platicamos. Eso nos permite conocernos y sentarnos en una mesa y buscar las mejores soluciones.

¿Cómo presidente de Condusef, está satisfecho con la competencia actual en la banca?

Quien tendrá la última palabra es el estudio de la Comisión Federal de Competencia Económica  (Cofece). ¿Qué sí te puede decir el presidente de Condusef? Creo que podría haber más competencia, es necesaria. La reforma financiera busca una mejor competencia. Tampoco se necesita un estudio tan profundo para ver la gran concentración de la banca, 75% de los contratos de depósito están en cuatro bancos; en temas como tarjetas de crédito, cuentas de nómina o activos bancarios, es bien sabido, por algo se hace llamar el G7 aunque bien podría ser el G5 y el G4.

Es necesaria mayor competencia, se nos está generando algo que no hemos visto: tenemos una concentración arriba y una abajo. Nadie puede negar el poder, presencia y dominancia en el mercado que podría tener Compartamos. No debemos repetir estos errores, no son sanas las concentraciones.

¿Existen prácticas monopólicas en el sector financiero?

No les llamaría prácticas monopólicas. A veces hay un mercado totalmente competitivo sin concentraciones, a partes iguales. Pero en materia de información queda mucho por hacer y retos qué enfrentar, como que internet no es accesible a todos los mexicanos y necesitamos otros mecanismos eficientes de difusión por lo que hemos incursionado en medios electrónicos de presupuesto familiar como Twitter, aplicaciones de telefonía móvil y publicaciones.

Las multas que se aplican por incumplimientos a los grupos financieros parecen irrisorios para empresas de ese tamaño. ¿Tiene dientes Condusef?

Tenemos dientes y tenemos facultades de multar. El año pasado aplicamos más de tres mil multas, los supuestos para multar se incrementan de 53 a 70 y tantos con al reforma. A lo mejor el monto de las multas se cuestiona, pero es más importante el golpe reputacional del banco; si yo digo qué banco es el más multado o qué producto es el más controvertido, a ningún banco le gustará encabezar la lista; si la lista se difunde al consumidor se convierte en una herramienta más grande que cualquier multa que se pueda aplicar. Por ello no he enfatizado en la cuantía de las multas, pues lo mismo se peleará una multa de 11 mil pesos -como ahora hacen- que una de dos millones de pesos, con un proceso judicial igual y el tiempo invertido también, en cambio, el riesgo reputacional es mucho más grande y debe empezar a permear a la población.

Hemos visto un incremento en la morosidad de los créditos al consumo, derivado de factores macroeconómicos como la pérdida del poder adquisitivo de la población. ¿Es una preocupación para Condusef?

El tema de la morosidad no es un riesgo para la quiebra de la banca. El índice más alto en la morosidad, que es el de esos créditos al consumo, no tiene nivel tal que pueda tambalear a una institución. Lo que me preocupa son las familias que pueden quebrar, ese sí es mi tema; a lo mejor la morosidad de 3% implica un millón de créditos. Creo que la principal consecuencia de la falta de educación financiera es el sobreendeudamiento.

Los banqueros han criticado a Condusef por su falta de capacidad técnica. ¿Qué tiene que decir Condusef al respecto?

Nunca espero que les gusten mis estudios, sería un error pensar que estén de acuerdo al poner el dedo en la llaga. El primer estudio que fue muy controvertido por ellos fue sobre las 4.2 millones de quejas, donde criticaban que las cifras de usuarios de la banca estaban muy reducidas en comparación a las cifras de transacciones, por lo que no era válida la conclusión, pero de esa forma se habría llegado a una tasa de 0.000… ¡nada! Mejor no hubiera dicho nada al usuario.

También argumentaban que hay 55 millones de clientes de la banca, publicado en un estudio de Bancomer de noviembre de 2012. Con todo respeto, yo no creo que hayan 55 millones de clientes de la banca si la población económicamente activa del país es de 50 millones y de ahí hay que restar al menos 12 o 15 que ganan un salario mínimo. Yo no creo que cada mexicano que gana en promedio cuatro o cinco salarios mínimos tenga una o dos tarjetas de crédito.

¿Se siente satisfecho con la capacidad técnica del equipo que lo acompaña en Condusef?

Tengo una capacidad técnica muy buena, un equipo muy experimentado, dedicado, que sabe mucho del sector y sabe mucho de su chamba. La última situación que les molestó fue que revisara 15 expedientes de registros de contratos en lugar de 50 o 100; solo puedo responder que la Auditoría Superior de la Federación revisa solo una parte del gasto público, el 10% a veces. Yo no puedo revisar 8.8 millones de contratos de tarjetas de crédito de la institución que salió peor calificada, yo reviso una muestra y hago una inferencia. En esa muestra, no eran los mismos contratos que en el expediente y yo lo debo señalar, lo que no es una cuestión técnica sino de confronta entre lo que se dice que hay y lo que realmente existe. En cambio, del último estudio tuvimos una respuesta muy buena, donde prácticamente todas las instituciones que mencionamos vinieron a decir cómo están haciendo correcciones. Sí ha sido una relación difícil pero el diálogo ha ayudado y vamos construyendo.

(Derechos reservados, Arena Pública 2014)