Autoaprendizaje: La única esperanza para niños mexicanos

¿Por qué, en lugar de seguir chocando de frente con un sistema rancio y problemático, no incubar sistemas disruptivos de aprendizaje ya probados?
21 Abril, 2019
Sinapsis

Las dos patologías más lacerantes e inhabilitantes para niñas, niños y jóvenes mexicanos son el estado de guerra en el que vivimos por la violencia generalizada y la ausencia de un sistema de educación pública de calidad relevante en el siglo XXI. A esta última dedico esta columna.

La formación de niños y jóvenes civilizados, éticos, curiosos, tenaces y creativos, es la excepción, no la norma, en el sistema de educación pública nacional (y en el privado, en distinta medida). El grado de conflictividad entre empleadores y magisterio va en aumento desgraciadamente, pero aún sin tantos conflictos laborales, hay buenos indicios de que los métodos de enseñanza ya no sirven en la sociedad actual y venidera.

La relación laboral y clientelar entre gobierno y magisterio se centra en favores y prebendas mutuos, que caen en el terreno de lo político pero que nada tienen que ver con la pedagogía, con la formación docente ni con programas para que los niños desde pequeños aprendan a aprender, solos y en equipos de pares, cuestionando, analizando, creando, experimentando, debatiendo y desarrollando empatía, respeto y métodos de solución pacífica de conflictos.

Sí, hay maestras y maestros y escuelas verdaderamente ejemplares y necesitamos tenerlos bien identificados e incentivados, pero como en México la meritocracia estorba, a ellos se les hace poca justicia y se les ve como “traidores” y se les rapa, en el mejor de los casos.

Confrontaciones, extorsiones y “concertacesiones” cíclicas entre SEP, SEGOB, SNTE y CNTE, reforma, memorándum y contrarreforma son más de lo mismo. Agravan el estatus quo y posponen la solución de fondo, pues son guerras de poder. En ellas los niños y jóvenes no cuentan. No veo ahí la solución para formar exitosamente a millones de mexicanos en un mundo altamente competido,  tecnificado, automatizado, datificado y violento.

¿Por qué, en lugar de seguir chocando de frente con un sistema rancio y problemático, no incubar sistemas disruptivos de aprendizaje ya probados?

La sociedad mexicana en su conjunto debe despertar para fomentar que los niños aprendan a aprender por sí mismos a través de un ecosistema de guías o facilitadores, contenidos, plataformas digitales y comunidades de aprendizaje en las que facilitadores en casa y fuera de ella, niños y niñas convivan, aprendan, descubran y experimenten.

Solo hay que despertar su interés por saber y crear. El autoaprendizaje de niños y niñas, todos hoy nativos digitales, es la única esperanza para los casi 40 millones de niños que hay en México, es decir, el 32.8% de la población nacional.1

 

Confrontaciones, extorsiones y “concertacesiones” cíclicas entre SEP, SEGOB, SNTE y CNTE, reforma, memorándum y contrarreforma son más de lo mismo. Agravan el estatus quo y posponen la solución de fondo, pues son guerras de poder

 

Complementario, experimental, piloto, llámenlo como gusten para que el sistema corporativista no monte en cólera y bloquee o permita el bloqueo de más vías generales de comunicación.

Ellos no pueden bloquear los cerebros y espíritu emprendedor y creativo de los niños, pero se requiere crear un ambiente propicio masivo para que aprendan por sí mismos, que lean, escuchen, experimenten en su entorno natural, que escriban historias y canciones y que busquen información en bibliotecas de contenidos aptas para su edad.

Que desarmen y armen una computadora o aprendan a programar y, claro, para ello necesitan tiempo para pensar, contenidos, plataformas tecnológicas de la información, trabajo en equipo y banda ancha de alta velocidad, pero sobre todo, necesitan una comunidad educativa que invite a hacer preguntas y a descubrir respuestas o crearlas, en la que puedan experimentar, usar herramientas diversas y ayudarse entre ellos a enseñar y aprender.

En donde hay curiosidad, hay aprendizaje, dice Sugata Mitra, pedagogo indio que lleva más de una década desarrollando el sistema de autoaprendizaje SOLE (self online learning environment) en la India con gran éxito y retos también2, y que ya fue importado a México para ser piloteado en algunas comunidades rurales en donde la escasez de maestros es todavía más aguda. El psicólogo Oscar O’ Farril y un equipo de pedagogos y certificadores están instrumentando SOLE MEXICO.

Esfuerzos fragmentados como la Academia Khan, la plataforma aprende.org, e incluso el programa de la SEP -hoy ya descontinuado-, aprende2.0.gob.mx son esfuerzos valiosos, orientados hacia el aprendizaje  descentralizado mediante herramientas en la nube, pero no hay un campo fértil generalizado para que todo un sistema de autoaprendizaje florezca  masivamente con profesores-guías que en vez de recitar monólogos y exigir memorizaciones inútiles; guíen, fomenten la curiosidad, las habilidades para buscar, investigar y experimentar.

Está demostrado que niñas y niños aprenden a aprender en ambientes propicios. Incluso aprenden -y los adultos también- a usar computadoras y buscar información sin que nadie les enseñe, pero ciertamente hay que guiarlos y enseñarlos a filtrar información y a ser mentes analíticas y críticas.

También pueden aprender idiomas con programas audiovisuales sin maestro alguno. No es un tema solamente de tecnologías, María Montessori demostró cómo los niños pueden aprender jugando, decidir qué investigar, qué crear sin que se les diga qué tienen que aprender.

Los niños, niñas y adolescentes de hoy tienen tal apego a las pantallas digitales –a veces patológico- que es más probable ganar su atención para aprender a través de ellas con ejercicios interactivos, que a través de tenerlos sentados seis horas frente a un maestro que explica teoremas en un monólogo interminable que poco permea en su sistema cognitivo.

Estoy consciente que la SEP ofrece el programa de preparatoria en línea -entre otros- que ha permitido a jóvenes sin acceso a servicios educativos en sus comunidades rurales o urbanas, acceder a la preparatoria en forma virtual.

Tristemente, estudiantes de lugares como Xochicalco, Guerrero, en donde no hay acceso a telefonía ni Internet, migran a la ciudad de México a trabajar y estudiar en línea. Así lo hace hoy Marcela, una joven estudiante que al no tener prepa en Xochicalco y no poder sufragar los gastos de transporte diario a Arcelia, Guerrero, migró a la capital del país a trabajar y cursar la prepa en línea con una computadora que le fue donada.

La penetración y calidad educativa de dicho programa público habrán de ser evaluados puntualmente, no sé si el agonizante INEE alcanzó a hacerlo y dar seguimiento a sus graduados para ver si han podido continuar en la escalera del conocimiento y el empleo o autoempleo.

En resumen, la oferta y demanda de educación media y superior en línea en México ha ido creciendo. Es atractiva en costos, flexibilidad de horarios, relevancia de programas para millenials y generación Z, según encontró la Asociación de Internet en su estudio reciente de educación en línea 2019. Pero aún es de nicho y no incluye educación básica.3 El 13% de internautas de más de 18 años estudia en línea, el 44% en modalidad mixta (presencial y en línea) y el 42% estudia presencialmente.

 

La sociedad mexicana debe despertar para fomentar que los niños aprendan a aprender por sí mismos a través de un ecosistema de guías, contenidos, plataformas digitales y comunidades de aprendizaje

 

Desde hace ya varios años se ha ido creando y nutriendo toda una industria de tecnologías y contenidos para la educación que aglutina a pedagogos, escuelas, tecnólogos, psicólogos, desarrolladores de contenidos y TIC que anualmente exhiben los adelantos regionales, locales y globales en una feria enorme que organiza www.BETTshow.com la cual da una idea de las dimensiones que ha cobrado ya la industria educativa digital y las enormes oportunidades educativas que brinda si se mitigan los riesgos que trae consigo de violencia en línea, aislamiento de los niños y adicción a una vida virtual  alejada de la vida sensorial.

Pero estamos muy lejos de crear ese ecosistema de autoaprendizajes locales en México pues miles de millones de pesos y miles de horas de trabajo se enfocan a resolver conflictos sindicales y magisteriales, extorsiones, huelgas, no a crear entornos de aprendizaje modernos ni escuelas normales dignificantes, visionarias y eficaces.

Padres de familia rurales y urbanos,  maestros, hermanos, pedagogos, líderes comunitarios, autoridades educativas, tutores, empresas, academia, mentores todos tenemos una responsabilidad importante de fomentar en niños y jóvenes esta ruta alternativa hacia el conocimiento y la formación del ser humano, sea a través de la lectura, la música, la experimentación y contacto con la naturaleza, fomentar la curiosidad y el interés por buscar respuestas, el debate y la argumentación racional.

La formación de ciudadanos lectores, creadores, independientes, responsables, empáticos y con inteligencia emocional no debe depender de un maestro, menos de un sindicato ni de un gobierno, empecemos a explorar métodos disruptivos de aprender, de guiar y despertar el interés por saber y crear pues de otra manera, el futuro de 40 millones de niños mexicanos estará cancelado y la importación perenne de capital humano altamente capacitado en el mundo de la inteligencia artificial.

Adriana Labardini Adriana Labardini Abogada mexicana, especialista en regulación, competencia y políticas públicas de TIC para el desarrollo. Asesora y consejera de la organización Rhizomatica. Fundadora y Vicepresidenta de Conectadas, Red de mujeres líderes por la igualdad de género. Fulbright y Ashoka fellow. Consejera Académica en la UIA- Derecho. Egresada de la Escuela Libre de Derecho con grado de maestría de la Universidad de Columbia en Nueva York. Interesada en el comportamiento humano, la empatía, los modelos disruptivos de desarrollo, culturas y lenguas originarias, neurociencia, innovación por diseño, historia de las ciencias de la computación y danza.